Las iniciativas privadas para ayudar a los refugiados se multiplican en Gipuzkoa
Desde fletar autobuses hasta ofrecer asistencia sanitaria y una casa donde alojarse. Los guipuzcoanos se vuelcan con las miles de personas que huyen de Ucrania
Diario Vasco, , 14-03-2022El éxodo ucraniano continúa dos semanas después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, diera luz verde a un ataque sobre Ucrania. Los guipuzcoanos han querido aportar su pequeño granito de arena ante la que ya se conoce como la mayor crisis de refugiados de Europa de los últimos tiempos –más de 2,5 millones de personas han abandonado hasta ahora el país según Acnur–. La solidaridad traspasa fronteras, como ya se ha demostrado desde aquel fatídico 24 de febrero. Gipuzkoa se ha volcado con el pueblo ucraniano. La ciudadanía, que se muestra firme en su postura contra la guerra, ha lanzado iniciativas de todo tipo para ayudar a las personas que huyen del asedio y los bombardeos. Desde las decenas de autobuses y vehículos privados que han salido rumbo a la muga de Polonia con Ucrania para entregar ayuda humanitaria y recoger a refugiados hasta quienes quieren ofrecer asistencia sanitaria en el lugar, si bien el lehendakari Urkullu desaconsejó el sábado estos viajes a título personal. También hay quien ha puesto a disposición de los recién llegados una casa, «porque una vez lejos del caos, tener un techo bajo el que dormir es importante».
Charli
Tiene una casa vacía que ha ofrecido a los refugiados
En cuanto a Charli le surgió la oportunidad de ayudar a los recién llegados no lo dudó. Fue a raíz de una casualidad, «una chica que trabaja conmigo me pidió librar el viernes y el sábado. Llegaban familiares suyos», dice este irundarra afincado en Donostia. No le puso pegas para cogerse fiesta esos días, pero entonces se puso a pensar y junto a un compañero recordaron que «es ucraniana». Los familiares de los que hablaba eran su hermana y sus sobrinos, así como algún otro miembro de la familia, que habían logrado escapar de la guerra y subirse a un autobús que les llevaba rumbo San Sebastián. En total, siete menores y tres mujeres.
Voluntarios ayudan a acondicionar la villa de Charli para los refugiados.
Galería. Voluntarios ayudan a acondicionar la villa de Charli para los refugiados. / DE LA HERA
Casualidades de la vida, la familia de Charli tiene una villa entre Irun y Hondarribia que «lleva décadas deshabilitada. Te sale del corazón ponerla en condiciones y ofrecerla de forma temporal para que se puedan quedar allí. Lo hablé con mi madre y le pareció buena idea», explica. Unas horas después ya se habían puesto manos a la obra y a través de WhatsApp han conseguido movilizar a la gente –«tanto conocidos como desconocidos»– para que les ayuden a habilitar la casa con las tomas de luz y agua que necesita y con la mobiliaria adecuada. El fin de semana el propio Charli se acercó a Pamplona y Deba. «Dos personas que habían heredado una vivienda cada uno necesitaban vaciarlas». La ocasión perfecta. También han colaborado vecinos de Donostia. «La idea es que se queden aquí hasta que lo necesiten». Esta semana se pondrán en contacto con las instituciones para que les ayuden a gestionar la iniciativa, «pensada más con el corazón que con la cabeza. Si me tocara vivir una guerra y huir, me encantaría que allá donde fuera me recibieran así y tener un techo bajo el que dormir», reflexiona Charli, que ha puesto a disposición de los recién llegados un piso que tenía preparado para alquilar hasta que terminen de poner a punto la casa que tiene en el Bidasoa.
Ana y una compañera de trabajo
Van a prestar atención sanitaria en la propia muga
Ana organiza un viaje de una semana para ayudar como enfermera en la muga.
Ana organiza un viaje de una semana para ayudar como enfermera en la muga. / DE LA HERA
Lo que empezó en una recogida de alimentos para enviar a Ucrania ha terminado en un viaje de alrededor de una semana a la frontera. La enfermera Ana López, de Irun, quería ayudar a la población ucraniana, «porque a mí siempre me ha movido el sufrimiento humano», dice, «tanto físico como psicológico. Por eso soy enfermera y por eso quiero ayudar, porque me parece inconcebible tener a personas con dolor». Por es motivo organizó una recogida de dinero y se comprometió a comprar comida para enviar hasta Ucrania, pero tras contactar con una organización se dio cuenta que ella, enfermera, podía ayudar de otra manera. Así, se puso en contacto con personas que están en los hospitales de Dnipro, «una de las ciudades más pobladas de Ucrania y donde actualmente se encuentra centralizada gran parte de la atención sanitaria», y elaboró una lista de medicamentos que necesitaban. Entre ellos, lidocaína o analgésicos fuertes.
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Pero con esto no fue suficiente. Junto con otra compañera –una enfermera de su equipo–, quiere aprovechar diez días que tiene de fiesta para acercarse ella misma a la frontera, «entregar el material sanitario en persona y ayudar a quienes lo necesiten allí mismo, sobre el terreno». Serán cuatro días de viaje entre la ida y la vuelta y una semana en el lugar. «No puedo fallar», dice. «Me siento con una responsabilidad muy grande». Y para cumplir su objetivo pide ayuda a través de la cuenta bancaria ES49 0049 1144 3820 1001 0518.
Ignacio y Ramón
Rumbo a la frontera en su coche, con ayuda humanitaria
Ignacio y Ramón cargan el coche antes de salir ayer hacia Polonia.
Ignacio y Ramón cargan el coche antes de salir ayer hacia Polonia. / LOBO ALTUNA
Los donostiarras Ignacio Montero y Ramón Mayor pusieron rumbo a Przemysl, frontera de Polonia con Ucrania, ayer. Antes de partir ya sabían que iban a traer a Donostia a una familia de tres personas. Junto a Chernobil Elkartea gestionaron el viaje de una abuela, madre e hija que se van a alojar en una casa de acogida. «Nos hemos movido mucho en redes y hemos conseguido mucha ayuda», explicaba Ignacio antes de subirse en el coche en el que transportan cantidad de productos sanitarios, alimentos y ropa de invierno que han recopilado gracias a la colaboración de la empresa Viralgen, el centro de día Usandizaga de la Fundación Goyeneche y la tienda Hawaii de Donostia.
Precisamente ver cómo se ha volcado la ciudadanía ha sido lo que ha motivado a Ignacio a retransmitir el viaje en directo a través de su Instagram @monteroviajero. Le «emociona» aportar su granito de arena a esta causa. «Cuando me acerqué al centro de día Usandizaga me impresionó como todas las personas con discapacidad habían participado en la recogida». Leche en polvo, potitos… No falta de nada en el auto. «El coche está lleno. Primero iremos a un almacén a vaciar todo y luego a recoger a las refugiadas».
MatiaZaleak y Alex Txikon
Misión: traer a 60 personas y dejar comida y medicamentos
La expedición de Alex Txikon y MatiaZaleak, rumbo a la frontera.
La expedición de Alex Txikon y MatiaZaleak, rumbo a la frontera. / JOSÉ MARI LÓPEZ
El alpinista Alex Txikon y un grupo de voluntarios de MatiaZaleak partieron el sábado a Hrubieszow, frontera entre Polonia y Ucrania, en una misión tan importante como cualquiera de las cimas holladas por el vasco. Con la intención de ayudar a las miles de personas que han escapado de la guerra, así como a quienes siguen en Ucrania, salieron en un autobús repleto de material humanitario, que ya han descargado allí. Y lo que no es menos importante; volverán a Euskadi con unos 60 refugiados ucranianos, cuya acogida se gestionará a través del Gobierno Vasco y las plazas que han habilitado para la ocasión. Tras llenar el vehículo de comida y material sanitario, partieron desde Amorebieta. En Donostia se incorporó a la expedición la médico de Matia Gabriela Jiménez.
Marina García
Desde una guardería de Irun a por refugiados a Polonia
Desde la guardería de Marina han fletado un autobús y cinco furgonetas.
Desde la guardería de Marina han fletado un autobús y cinco furgonetas. / LUSA
Marina García gestiona una escuela infantil en Irun. Cuando estalló la guerra, el padre de una alumno, ucraniano, le dijo que se marchaba a su país a llevar productos de primera necesidad. «Organicé una recolecta. Hemos recibido tantas cosas que nos hemos animado a ir nosotros también», explicaba el viernes desde el autobús que han fletado y en el que traerán a 55 refugiados. Hoy saldrán otras cinco furgonetas, también llenas de comida, que volverán con 27 personas ucranianas. La mayoría se quedan en Euskadi, «donde tienen conocidos o familiares». También están en contacto con la Cruz Roja por si hay quien necesita alojarse en algún albergue, como el puesto en marcha por la Diputación en Irun. Han abierto un número de cuenta para recaudar dinero y financiar así la expedición: ES23 0182 0319 8202 0156 8014.
Iñigo, junto a un grupo de amigos
A Budapest y Eslovaquia para poner a salvo a 51 ucranianos
El equipo de Iñigo, antes de partir hacia Budapest y Eslovaquia.
El equipo de Iñigo, antes de partir hacia Budapest y Eslovaquia.
Iñigo de Loyola García y un grupo de amigos de diferentes puntos de Euskadi y Navarra también han querido hacer algo. El viernes se subieron a un autobús de la compañía Aizpurua y junto a los dos chóferes salieron hacia Budapest y Kosice (Eslovaquia). El plan, como el de la mayoría que ha optado por acercarse a la frontera, dejar productos de primera necesidad y traer refugiados. En su caso, 51 personas. Lo hacen en un grupo en el que hay dos sanitarias de emergencias, dos médicos de familia y dos ucranianos, «que harán de traductores». Tienen disponible la cuenta ES20 0030 3435 1200 0068 5271 para quien quiera ayudarles en este viaje solidario.
Conductores de Lurraldebus, voluntarios para ir a la frontera
Los conductores de las líneas de largo recorrido de Lurraldebus se han ofrecido voluntarios para traer a refugiados ucranianos desde la frontera. Han hecho llegar una carta a la Diputación de Gipuzkoa «para que coordinados por el ente foral y otras oenegés podamos desplazarnos en nuestros días de permiso hasta Polonia a recoger a personas que huyen de Ucrania con los autobuses que nos ceda la Diputación». En sus planes está que en el viaje de ida los autocares lleven como carga material de ayuda que desde Gipuzkoa se está recogiendo. La cesión, insisten, no afectaría a los servicios de Lurraldebus, ya que se utilizarían vehículos de reserva, que son aquellos que permanecen en las cocheras y no tienen servicios asignados.
El proceso para la petición de asilo empieza hoy en las comisarías vascas
Las comisarías vascas de la Policía Nacional iniciarán hoy el procedimiento establecido para la protección internacional de los ciudadanos ucranianos que huyen de la guerra. La protección temporal garantiza autorización de residencia y trabajo, apoyo financiero, recursos de acogida y acceso a sanidad y educación por un plazo mínimo de un año, ampliable a tres.
En el caso de Euskadi, las comisarías de San Sebastián, Vitoria y Bilbao dispondrán de un canal específico para atender a partir de hoy a los ciudadanos ucranianos entre las 14.30 y las 21.30 horas. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, señaló que el procedimiento «va a ser relativamente sencillo y a lo largo de esta semana se irá perfeccionando el sistema, sin descartar una fórmula de organización de turnos ordenada y coordinada con la Cruz Roja».
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