Una paloma con una rama de olivo, la señal de la V con la mano, una grulla de papel o las palabras ‘love’ y ‘peace’. O simplemente tres letras: paz. El estudio TLX Tattoo de Donostia ha puesto en marcha una iniciativa solidaria para ayudar a los refugiados de Ucrania que deja huella, mucho más bonita que el reguero de consternación que trasladan las imágenes y los testimonios del terror de la guerra.

Precisamente, horrorizado y conmovido como tantos ciudadanos por la situación de las miles de personas que de un día a otro han tenido que huír de las bombas, Iñigo Lorenzo ha comenzado a tatuar pequeños símbolos de paz a cambio de una donación, «aunque si viene alguien pidiendo que le tatúe otra cosa lo haré, si eso sirva para que aporte y sumemos entre todos». No hay cantidad fija establecida para las donaciones a cambio de este recuerdo en tinta, solo la voluntad.

La idea echó a andar ayer en su estudio de Reyes Católicos y en realidad «supone un grano de arena» en otra iniciativa de mayor envergadura que han puesto en marcha sus amigos de Moov Fitness, a quienes se destinará íntegramente lo recaudado. A las puertas de este centro ubicado en Ibaeta se agolpan cajas con ropa o comida para bebé y material sanitario que llevarán personalmente la semana que viene a la frontera entre Ucrania y Polonia.

«La verdad es que la respuesta nos está desbordando. Estamos en contacto con asociaciones que están trabajando allí y lo ideal ahora es la recaudación económica para comprar lo que necesiten sobre el terreno, como generadores, baterías extraibles, camping gas, sacos de dormir…», explica Álex Soto, que cansado de ver «cómo la gente inocente lo pasa mal» el lunes decidió, junto a un amigo, liarse la manta a la cabeza y organizar una recogida de material y una campaña de recogida de fondos en la plataforma gofundme (Moov for Ukraine refugees) que ayer llevaba reunidos 4.355 euros.

Material en cajas que llevarán a Polonia la semana que viene.
Material en cajas que llevarán a Polonia la semana que viene.

La bola de nieve solidaria ha crecido estos días de tal forma que lo que en principio iba a ser un viaje con una furgoneta de carga se ha convertido en una expedición que prevé recorrer los 5.000 kilómetros de ida y vuelta con dos furgonetas de pasajeros que «estamos tratando de conseguir prestadas, pero si no es posible las alquilaremos».

Soto está «flipando bastante» con el boca-oreja que ha extendido la iniciativa. «Hemos recibido muchas llamadas, algunas de Polonia», cuenta. Su intención es partir el miércoles que viene con todo el material y, una vez descargado cerca la la zona de recepción de refugiados de Przemysl, «ayudar en lo que se pueda. Vamos a trabajar y si allí tenemos que desplazarnos 400 kilómetros para comprar 4 generadores que les hagan falta a las asociaciones con las que estamos en contacto, lo haremos».

Cada una de las dos furgonetas tiene una capacidad para 9 personas y viajan 4 guipuzcoanos, por lo que la idea es que con ellos puedan traer a 14 personas refugiadas. el 20 de marzo. Aunque esto puede cambiar. «Incluso se me ocurren ideas locas, si se pudiese llegar a cierta cantidad dinero podríamos coger un autobús y traer a más gente».