Las instituciones vascas activan un plan de contingencia para acoger a desplazados ucranianos

El lehendakari ha explicado que se trata de un plan provisional de tres semanas que se basa en dos escenarios posibles: el actual, con menos de 700 personas acogidas en Euskadi, y un segundo estadio que requeriría de «recursos adicionales»

Diario Vasco, Miguel Villameriel MIGUEL VILLAMERIEL, 11-03-2022

La crisis derivada de la invasión de Ucrania ya se deja notar en Euskadi en el ámbito humanitario, con la llegada de cientos de desplazados ucranianos que buscan un lugar seguro, lo que ha llevado a las instituciones vascas a reaccionar para ofrecer a los refugiados una acogida «digna». El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha convocado este jueves por la tarde una cumbre de urgencia con representantes del Gobierno Vasco, las tres diputaciones forales, los ayuntamientos y la Delegación del Gobierno en Euskadi, además de asociaciones como Zehar, Cruz Roja y Cáritas, para activar un ‘Primer plan de contingencia de Euskadi para la acogida de personas desplazadas por causa de la invasión de Ucrania’, que tendrá una duración provisional de tres semanas para ofrecer una primera acogida a los desplazados que están llegando estos días al País Vasco. El plan contempla dos escenarios: el primero, de acogida con recursos ordinarios reforzados, sería en el que ya se encuentra Euskadi y se mantendrá vigente hasta que no se superen las 700 personas acogidas; el segundo se activaría en el supuesto de sobrepasar esos 700 refugiados y requeriría de movilizar recursos adicionales.

El lehendakari convocó este miércoles a última hora a los principales representantes institucionales vascos a una reunión telemática que se ha producido esta tarde a las 18.00 horas. Se trata de una representación similar a la que tenían los LABI que se celebraban durante la emergencia sanitaria por el Covid, aunque en esta ocasión se han sumado también tres asociaciones humanitarias. Esta ‘Mesa de acogida de personas refugiadas de Ucrania’, como la ha denominado el Gobierno Vasco, se ha abierto con una intervención inicial de Urkullu en la que ha trasladado al resto de los dirigentes institucionales las líneas maestras del nuevo plan provisional de acogida.

Urkullu ha aclarado que se trata de «un primer plan provisional» con un periodo de vigencia de tres semanas, ya que «con la información disponible en este momento, resulta imposible predecir el número personas que puedan llegar a Euskadi, o sus plazos de llegada». El lehendakari ha dicho desconocer también «los recursos que el Estado va a articular para la aplicación de la Directiva europea 2001/55 en cuanto a los derechos que otorga la protección temporal, o en cuanto a las ayudas económicas para la subsistencia de las personas desplazadas». A pesar de ello, ha subrayado que «las instituciones vascas tenemos la obligación de disponer con antelación los recursos necesarios para ofrecer una acogida digna a las personas refugiadas».

En este contexto de incertidumbre, este primer plan de contingencia tendrá una vigencia limitada del 10 al 31 de marzo, pudiendo ser actualizado en función de la evolución de los acontecimientos. Y se basará en una «acogida digna» que permita «garantizar, en cualquier caso, una acogida a la medida de la dignidad humana durante estas primeras semanas de transición».

Dos escenarios
El plan contempla dos escenarios posibles. El primero se ha denominado ‘Acogida con recursos ordinarios reforzados’ y se basa en la previsión de que la llegada de personas durante estas primeras semanas pudiera situarse entre 500 y 700 personas. «Es el escenario en que nos encontramos ahora», ha indicado el lehendakari. En esta situación, hay recursos de acogida disponibles como las plazas de las que dispone el Estado en Euskadi dentro de su sistema de integración; los centros que dependen del Gobierno Vasco en Irun, Oñati, Tolosa y Berriz; la previsión de que se puedan utilizar plazas en albergues o recursos hoteleros; las viviendas que pueden ofrecer Alokabide o los ayuntamientos vascos; las viviendas que puedan ofrecer asociaciones humanitarias o particulares vascos, así como ucranianos que residan en Euskadi.

El escenario dos se activaría en el caso de que se superen las 700 personas acogidas y contempla como hipótesis que la llegada oscile entre 700 y 1.500 personas en el supuesto más bajo; y entre 1.500 y 3.000 o más, en el supuesto más alto. En este supuesto, además de los recursos del escenario uno, se desplegarían recursos de acogida adicionales. En concreto se prevé la creación de una red de traductores voluntarios; un servicio de información y acogida inicial en aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses; un servicio de recepción y orientación inicial en cada una de las capitales; un plan de alojamiento de urgencia en recursos disponibles, en hoteles y hostales; un servicio de acompañamiento inicial e identificación de solución habitacional estable (viviendas de familiares o allegados, viviendas dispuestas por las instituciones y viviendas de ofrecimiento social). Se prevé también ofrecer, por parte de las diputaciones forales, la atención necesaria a menores sin referente familiar y personas en situación de vulnerabilidad. Por su parte, los servicios sociales municipales actuarán como referente ordinario para su integración social.

Además, mientras el sistema de ayudas económicas no se determine en el Estado, el Gobierno Vasco impulsará ayudas para atender a las personas o familias que lleguen a Euskadi en una situación de vulnerabilidad en las próximas semanas. Todo en ello en colaboración con asociaciones sociales que mantienen una estrecha relación con Ucrania. El Ejecutivo vasco también ofrece su colaboración a la Administración del Estado en la decisión de que los desplazados ucranianos puedan tramitar de forma sencilla sus permisos de residencia en España.

«Colaboración plena»
El lehendakari ha asegurado que «la disposición del Gobierno Vasco es actuar en un marco de colaboración plena y leal con el Gobierno español en el ámbito de las competencias y recursos que así lo requieren» y ha destacado que «compartimos una voluntad de acogida que se fundamenta en principios normativos de responsabilidad y corresponsabilidad; y también en principios éticos y de solidaridad».

Urkullu ha apelado al Pacto Social Vasco para la Migración, suscrito el 30 de noviembre de 2019, como «marco de referencia» para afrontar esta crisis humanitaria y ha señalado que «este pacto nos compromete porque ‘en materia de migración o asilo, el principio ético prevalente es ofrecer lo que necesitaríamos recibir, caso de encontrarnos en una situación similar’». Y ha añadido que «esa es la intención de este plan: ofrecer lo que necesitaríamos recibir, en caso de encontrarnos en una situación similar».

En el encuentro, que se ha celebrado a partir de las 18.00 horas por vía telemática, han participado, además del lehendakari, varios consejeros del Gobierno Vasco, los tres diputados generales, el presidente de la Asociación de Municipios Vascos-Eudel, Gorka Urtaran, y el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso. También han tomado parte miembros de varias asociaciones que trabajan en la acogida de refugiados en Euskadi, entre ellas Zehar, Cruz Roja y Cáritas.

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