El convoy humanitario de DYA Gipuzkoa en el que viaja DV recoge a los primeros refugiados
Ha llegado al campo de refugiados de Przemysl a las 13.30 horas, donde descargarán las tres furgonetas con material sanitario y humanitario
Diario Vasco, , 10-03-2022Zlatka ya está en brazos de su abuela. Oksana Slavych, una ucraniana afincada desde hace nueve años en Orio, en el barrio de Ortzaika, ha podido abrazar este miércoles a su nieta de 4 años. El emotivo reencuentro se ha producido en el campo de refugiados polaco de Przemysl, en la frontera con Ucrania. Oksana viaja junto a DV en el convoy de la DYA Gipuzkoa que partió el martes con material sanitario y humanitario rumbo a Polonia con el objetivo también de rescatar del horror de la guerra a un total de 18 refugiados ucranianos.
De momento, la primera misión la han completado con éxito. Las tres furgonetas de DYA Gipuzkoa han llegado a las 13.30 horas al campo de refugiados de Przemysl. Los termómetros marcaban 1,5 grados, pero el calor de las decenas de abrazos que Oksana ha repartido en unos minutos a su familia han hecho olvidar el frío. En cuanto Zlatka ha cruzado las puerta de salida del campo de refugiado en una sillita que empujaba su madre Alina, los brazos de Oksana no han podido despegarse de la niña, a la que se ha comido a besos. Con lágrimas en los ojos, se ha abrazado también a su nuera, a su cuñada y a un sobrino. La alegría por rescatar a parte de su familia no oculta la preocupación por sus dos hijos, Nazar y Alex, que con 29 y 22 años están en esa franja de edad entre los 18 y 60 que les prohíbe salir de Ucrania en plena contienda, y la resignación por sus padres, seguros de querer aguantar hasta el final en su tierra.
Zlatka ya está en brazos de su abuela. Oksana Slavych, una ucraniana afincada desde hace nueve años en Orio, en el barrio de Ortzaika, ha podido abrazar este miércoles a su nieta de 4 años. El emotivo reencuentro se ha producido en el campo de refugiados polaco de Przemysl, en la frontera con Ucrania. Oksana viaja junto a DV en el convoy de la DYA Gipuzkoa que partió el martes con material sanitario y humanitario rumbo a Polonia con el objetivo también de rescatar del horror de la guerra a un total de 18 refugiados ucranianos.
De momento, la primera misión la han completado con éxito. Las tres furgonetas de DYA Gipuzkoa han llegado a las 13.30 horas al campo de refugiados de Przemysl. Los termómetros marcaban 1,5 grados, pero el calor de las decenas de abrazos que Oksana ha repartido en unos minutos a su familia han hecho olvidar el frío. En cuanto Zlatka ha cruzado las puerta de salida del campo de refugiado en una sillita que empujaba su madre Alina, los brazos de Oksana no han podido despegarse de la niña, a la que se ha comido a besos. Con lágrimas en los ojos, se ha abrazado también a su nuera, a su cuñada y a un sobrino. La alegría por rescatar a parte de su familia no oculta la preocupación por sus dos hijos, Nazar y Alex, que con 29 y 22 años están en esa franja de edad entre los 18 y 60 que les prohíbe salir de Ucrania en plena contienda, y la resignación por sus padres, seguros de querer aguantar hasta el final en su tierra.
La siguiente parada está prevista en el paso fronterizo de Medyka, a unos 13 kilómetros del campo de refugiados. Allí recogerán a más refugiados antes de emprender el camino de vuelta a Gipuzkoa. El objetivo es volver con 18 personas y traerlas a un albergue de la Diputación de Gipuzkoa, lejos de la sinrazón bélica. Oksana acogerá en su casa de Orio a su familia, aunque en una semanas se mudarán a otra más grande para seguir todos juntos al menos hasta que acabe la guerra.
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