Decenas de particulares se movilizan desde Gipuzkoa para llevar ayuda a Ucrania

Los guipuzcoanos Borja Gaiztarro y Sasio Hernández recogen a las ucranianas Julia y Diana en la ciudad polaca de Medyka, frontera con Ucrania

Diario Vasco, Patricia Rodríguez PATRICIA RODRÍGUEZ, 07-03-2022

Desde que estalló la guerra en Ucrania, la respuesta de cientos de guipuzcoanos no se ha hecho esperar y la solidaridad con el pueblo ucraniano ha hecho brotar cadenas de ayuda humanitaria por todos los rincones. Desde quienes colaboran con el envío de ropa de abrigo, comida o medicamentos hasta quienes se lanzan a la carretera para hacer llegar las toneladas de material donado con destino a la frontera con Polonia. Allá, un enjambre de refugiados ucranianos intentan cruzar a lugar seguro. Al otro lado les esperan un goteo de guipuzcoanos que estos días están acudiendo en sus coches privados o en autobuses para poner a salvo a todos los que pueden.

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El donostiarra Sasio Hernández se quedó sin palabras ante semejante tragedia humanitaria y, «en un arranque, lleno de impotencia y rabia me dijo: me voy a ayudar», cuenta al otro lado del teléfono Leticia, pareja de Sasio. Este hombre se lanzó a la carretera junto con su hermano y un amigo, Borja Gaiztarro, este pasado viernes para prestar su ayuda con el traslado de ropa y comida. Tras llegar a la frontera de Polonia y Ucrania, dejaron todo el material que llevaban en una camioneta en el centro de logística humanitaria de la ciudad fronteriza de Medyka y tomaron el camino de vuelta. Anoche estaban ya por Praga, pero no se vuelven solos, ya que se ofrecieron a traer a Euskadi a una madre y una chica ucranianas, Julia y Diana.

«Los niños gritaban: ‘llevarnos con vosotros’», cuenta la irundarra Marina García del viaje de su amigo Volodymyr
El viaje de estos tres guipuzcoanos comenzó un viernes a las siete de la mañana, con una camioneta prestada por unos amigos y repleta de material donado por sus conocidos. «Amigos nuestros que tienen una empresa de construcción nos dieron gafas y guantes, otro amigo nos donó medicamentos y también cargaron un montón de ropa y comida», explica Leticia, que sigue día a día el trayecto que traza la camioneta. «Llegaron el sábado a las seis de la tarde a la frontera con Polonia. Cuentan que había un montón de gente y particulares de todas partes que acuden a ayudar. Están cansados, pero muy contentos», comenta esta mujer, que acogerá en su casa a las dos refugiadas ucranianas. «Tienen familia en Cádiz, pero se quedarán con nosotros por lo menos hasta que descansen y se asienten», afirma.

Fletar un autobús
La irundarra Marina García tampoco se despega del teléfono hasta tener noticias de su amigo Volodymyr Kaplanskyi. Este ucraniano, vecino de Irun desde hace tres años, se fue el viernes pasado con otro amigo hasta Lviv para hacer llegar la colecta que organizaron en Auzokids, la escuela infantil que dirige Marina. «Fue una pasada, nos trajeron montañas de ropa, comida, leche en polvo… Lo cargamos en una furgoneta y se pusieron en marcha», relata esta mujer, que elogia cada mano solidaria y se entristece al pensar en «todos esos niños, muchos de ellos solos, pasando tanto frío… Me contaba Volodymyr que cuando llegaron, les gritaban: ‘llevadnos con vosotros’». A su regreso, la idea de Marina es «mandar un autobús de 55 plazas para traer a refugiados ucranianos que tengan familiares aquí». Se puede contactar en el 943 636712 o en calle Auzolan, nº6 de Irun.

El Gobierno Vasco valora «compensar» a las personas solidarias
La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, afirmó ayer que el Gobierno Vasco está valorando la posibilidad de «compensar» de alguna manera la ayuda que cientos de familias vascas han ofrecido a los refugiados de Ucrania. Artolazabal –que destacó que más de 700 personas han contactado ya con el Ejecutivo para ofrecer su solidaridad con los refugiados, muchas de ellas proponiendo incluso la acogida en sus propios domicilios– explicó que trabajan «para asociar las familias que mejor trato, cariño y ayuda les pueden dar a estas personas». Y apuntó que se está «valorando» qué se podría hacer para «compensar la ayuda que las familias vascas están dando» a los refugiados, aunque «no está nada definido».

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