En Deza parece comenzarse a moverse la maquinaria política y social ante la invasión rusa de Ucrania de que se cumplió ya una semana. Si este pasado martes eran los concellos de Lalín y Agolada —en este último caso además con su alcalde dispuesto incluso a ir a Ucrania, primero a combatir según su escrito oficial, después matizando verbalmente que a tareas humanitarias— los que se ofrecían a acoger personas refugiadas procedentes de territorio ucraniano, ayer hacía el de Silleda, al igual que la Diputación de Pontevedra. En el primer municipio donde en la actualidad hay casi una veintena de personas empadronadas de esa nacionalidad. Mientras, Cerdeod-Cotobade se prepara para mandar ayuda humanitaria en coordinación con la Fegamp.

Silleda se sumó así a la petición de ayuda cursada ayer mismo desde la Fegamp, para coordinar con distintos departamentos del Gobierno central y con la Xunta esa acogida a familias ucranianas. La concejala de Benestar Social, Ángela Troitiño, se puso en contacto además con las personas de Ucrania que residen en tierras trasdezanas. Por su parte, el regidor, Manuel Cuíña, incidió en que mostraron la disponibilidad del Concello «para axudar no que sexa posible, así como as familias ucraínas que residen no municipio, ao igual que fixemos no ano 2016 durante a crise dos refuxiados de Siria».

En la residencia de ancianos silledense también quisieron mostrar su solidaridad y apoyo portando los mayores una bandera de Ucrania donde se podía leer «No a la guerra». Por su parte, el gobierno lalinense colocó una gran bandera de ese país a los pies de la escultura de Joaquín Loriga. Por su parte el coordinador de Compromiso por Lalín, Rafael Cuíña, tiene previsto celebrar hoy una comparecencia de prensa acompañado por miembros de la colectividad ucraniana residente en la zona «para dar a coñecer a situación, pero tamén para explicar con claridade o que se precisa no país e a maneira máis axeitada de poder canalizar as axudas necesarias».