Arantza Chacón: "Oñati y Tolosa son un buen ejemplo de la aportación social de las personas refugiadas"
Arantza Chacón es la nueva directora de Zehar-Errefuxiatuekin, organización de referencia en Euskadi en la atención a personas que se han visto forzadas a huir de sus países por temor a perder sus vidas.
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 24-02-2022¿Cuál es la fotografía actual de las personas solicitantes de protección internacional?
- Sus perfiles reflejan las violaciones de derechos que ocurren en el mundo. Con la pandemia las cifras cayeron en Euskadi debido al cierre de las fronteras y de los espacios aéreos. El año pasado se registraron 1.724 solicitudes de protección internacional, lo que supone una reducción del 44% con respecto a años anteriores, aunque es algo que ya estamos viendo que comienza a cambiar.
¿En qué medida?
- Las cifras vuelven a ser las previas a la pandemia. Solo en enero se han registrado 328 solicitudes de protección internacional en el País Vasco, de las cuales 78 corresponden a Gipuzkoa, 90 a Araba y 160 a Bizkaia. La pandemia impidió que estas personas pudieran salir de sus países, pero eso no quiere decir que se redujera la violencia que sufrían. Lo estamos viendo ahora con estos nuevos desplazamientos. Colombia y Venezuela siguen siendo los principales países, a los que se suman durante el último año personas de Marruecos, Malí y Senegal. Esta situación está provocando un cambio en las dinámicas de años anteriores.
¿El incremento de solicitudes viene motivado por los mayores flujos de migrantes en tránsito?
- En los últimos años se habla mucho de migrantes en tránsito, pero es un concepto que tuvo su significado en su momento, aunque no responde ni mucho menos a la situación actual de todas las personas. Hay quienes tienen una red familiar y un objetivo concreto, como es llegar a Euskadi, Alemania o Francia. Pero en otros muchos casos son personas que salen de sus países buscando un lugar seguro aunque sin un destino concreto. Buscan una sociedad que les acoja, y allí donde la encuentran paran y exploran nuevas posibilidades de vida. No todas las personas están en un continuo movimiento.
¿Cuántas solicitudes de protección internacional son aceptadas?
- El porcentaje de solicitudes resueltas de forma favorable suele ser del 5%. Es un porcentaje muy bajo con respecto al resto de Europa, y además hay que tener en cuenta que dentro de ese porcentaje no se contabiliza a personas de Venezuela y de colectivos a los que no se reconoce el estatuto de refugiado pero sí un tipo de protección subsidiaria.
¿Y por qué ese porcentaje tan bajo respecto a la media europea?
- Habría que analizar cuál es el posicionamiento del Gobierno. Llama la atención, por ejemplo, el caso de Colombia, un país con un elevadísimo número de solicitantes de protección internacional que, sin embargo, ve cómo el 94% de las resoluciones son denegadas. Es un país que ostenta el ránking de homicidios y, paradógicamente, vive esta situación. Más allá de las relaciones internacionales bilaterales, es necesario hablar de cada caso, cada expediente, porque detrás de cada uno de ellos hay personas cuyos derechos fundamentales están en juego, y con ello sus vidas.
RESITUARSE ANTE EL “DURO GOLPE”
¿Qué ocurre con las personas forzadas a huir de sus países que no ven reconocida legalmente su situación?
- Es la parte más dura para muchas personas que hacen la solicitud de protección. Durante años han realizado un enorme esfuerzo por integrarse, por aprender el idioma. En algunos casos llevan tiempo cotizando, con sus hijas e hijos escolarizados, y de repente ven que se les deniega la protección y se quedan en situación irregular. Hace falta una reflexión en torno a ello. Se trata de un duro golpe que obliga a resituarse.
¿En qué sentido?
- Es necesario dar una respuesta a las personas que están haciendo todo lo posible para adaptarse a la sociedad vasca y que han huído de sus países. Hay que explorar las posibilidades que nos ofrece el Derecho y las leyes para regularizar la situación administrativa de las personas. En el caso de los jóvenes, hay cambios en el reglamento de la Ley de Extranjería que ya ofrecen nuevas alternativas, con nuevas vías para el arraigo laboral.
El Gobierno Vasco ha presentado este martes el VI Plan Intercultural de Ciudadanía, Inmigración y Asilo. ¿Una readecuación necesaria?
- Sí. Se ha trabajado en el plan con las diferentes entidades y colectivos sociales. Esperamos que sirva para dar la respuesta adecuada a la acogida que se da a las personas solicitantes de protección internacional. Cuando hablamos de derechos nos referimos a cuestiones tan básicas como el padrón, el acceso a la Sanidad y al empleo en condiciones dignas. El VI plan es una herramienta muy útil en ese sentido, y hay que ver cómo la hacemos realidad entre todos.
ESPACIOS DE CONVIVENCIA
Usted ha dirigido los centros de primera acogida Zuloaga Txiki, en Tolosa, y Larraña Etxea, en Oñati. ¿Qué valoración hace?
- Se han convertido en modelos de espacios de convivencia de los que podemos aprender mucho. Oñati y Tolosa son un buen ejemplo de la aportación social de las personas refugiadas. El recurso de Oñati lo abrimos en octubre de 2018 y el de Tolosa en agosto de 2019. Actualmente están ocupados al 100%. Oñati tiene cien plazas, aunque ahora hay 108 personas. Es un recurso adaptado a familias numerosas con hijos pequeños, de ahí que la cifras rebasen levemente su capacidad. Tolosa está pensado para 35 personas y actualmente hay 32.
¿Cómo acceden a estos recursos?
- Las personas que solicitan asilo lo hacen a través de las oficinas de CEAR en las tres capitales, en Donostia, Bilbao y Vitoria. Es la entidad que lleva el programa del Gobierno para personas solicitantes de acogida internacional. Pero entrar en ese programa requiere cumplir una serie de requisitos que acotan mucho el perfil, de ahí que el Gobierno Vasco, junto con Zehar-Errefuxiatuekin, haya habilitado estos otros espacios ampliando el número de plazas.
¿Qué nota le pone a la sociedad de acogida?
- En Oñati y Tolosa el acompañamiento y la acogida ciudadana es fundamental. Es uno de los éxitos del programa. Gracias a estos recursos no solo se ha podido ver que las personas que vienen de fuera no son una amenaza sino que aportan mucho. Existe una colaboración muy estrecha del vecindario, que no duda en echar una mano con clases de castellano, yoga, o participando en salidas al monte. Nos implicamos mucho en los centros escolares, en las ferias de cada municipio. La mejor manera mejorar la convivencia con personas procedentes de otros países es tenerlas cerca, ponerles nombre y apellido. Gracias a estos recursos podemos entender las causas de lo que vemos en los telediarios.
¿En qué medida se está convirtiendo la crisis climática en el motor de las migraciones?
- Hay desplazamientos muy significativos. De hecho, es una de las líneas de investigación que más relevancia está adquiriendo en CEAR. Las empresas transnacionales están echando a muchos defensores y defensoras de sus tierras, algo que vemos en Euskadi con personas procedentes de Venezuela y de Colombia. En otro orden de cosas, también llegan personas de América Latina huyendo de las maras y de todo tipo de expresiones de violencia criminal. Acogemos, asímismo, a mujeres que están huyendo de la violencia machista en contextos donde no se defienden los derechos más fundamentales.
En la organización han cambiado de marca corporativa. ¿Por qué Zehar-Errefuxiatuekin?
Después de 25 años hemos querido adecuarnos a nuestra idiosincrasia de manera que el euskera esté recogido en la marca. Hemos intentado expresar la bidireccionalidad de los procesos. De ahí que hayamos utilizado el término de Zehar (a través de) y Errefuxiatuekin, en alusión a la necesidad de trabajar con estas personas.
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