El rotundo mensaje de Morad contra el racismo en el estreno de 'Lo de Évole'

Jordi Évole entrevistó al rapero en su barrio de La Florida y denunció los prejuicios que sigue sufriendo: «Los bancos no me dejaban abrir una cuenta para meter el dinero»

El Correo, , 21-02-2022

Está claro que Morad se distancia notablemente de los artistas prefabricados que muchas veces surgen de las discográficas. Nacido en Barcelona y criado en el conflictivo barrio de La Florida, en L´hospitalet de Llobregat, Morad El Khattouti El Horami descubrió el camino de la música y se ha convertido en un referente para muchos de sus seguidores. Los tiene a millones en las redes sociales. «Tuve millones de visitas muy rápido recordaba aludiendo a la primera canción que colgó en Youtube, pero yo no vi el dinero. De pronto me llamaron de Sony y me ofrecieron 60.000 euros por firmar con ellos para dos álbumes. Pero no firmé porque yo sabía que ese dinero lo podía hacer yo solo». ¡Y vaya si lo hizo! «Mi música no está en discos físicos porque yo no quiero. Cobro de internet y gano más que un jugador de fútbol de Primera. Puedo hacer más de un millón de euros al año», confesaba en ‘Lo de Évole’. Lo malo fue cuando empezó a ganar y no tenía dónde guardar la pasta. «Yo no tenía cuenta corriente y cuando empecé a cantar no me la querían dar los bancos», revelaba. Así, tras una peregrinación por varias sucursales con prejuicios, fue su madre la que tuvo que interceder para lograr una cuenta bancaria que ahora rebosa de ceros.

Preservar su libertad y su identidad como músico son las principales reglas de un cantante que nunca había cogido un avión hasta que le llegó la fama y otros países solicitaron sus conciertos. «Nunca había salido de fiesta ni a cenar por ahí con mis amigos, fue gracias a la música que empecé a vivir», explicaba sincero. Su madre trabajaba de limpiadora en unos cines y el objetivo de Morad era rescatarla. Y lo consiguió. «Mi madre es la guerrera número uno», ponderaba. Unas imágenes grabadas en su casa, con él apoyado en su regazo y ella acariciándole la cabeza demostraban el intenso amor que se tienen.

«Mi madre sí que sufrió el racismo de verdad, pero nunca se enfadó. Decía que eso era normal. Hay gente que odia unas cosas y otros, otras. Yo no lo sufrí mientras vivía en el barrio, pero cuando me cambiaron de colegio y me llevaron a los Jesuitas sí. Teníamos un grupo de Facebook y un chaval empezó a meterse conmigo. Cuando le respondí empezaron los insultos racistas. Mono, moro de mierda… Lo encontré en el colegio y le dije no volviera a meterse contra mi religión, pero el siguió. Así que le di un puñetazo y me echaron del colegio. Me puse a llorar cuando se lo di porque no me gustaba ver llorar al chaval», descubría.

Évole le preguntó sobre los ’menas. «Le he cogido mucha pena a ese tema, las personas no tienen corazón. Si tú a una persona le llamas por un nombre que no sabes ni de dónde lo has sacado… ¡Si tienen nombre! ¿Qué estamos, en la época de los nazis cuando cogían a los judíos?», afeaba. Y criticaba duramente a quienes les acusan de todos los delitos. «Todo el castigo del mundo a los que lo hacen, pero en España los que más violan son los españoles y los que más pegan a las mujeres, también. Esos sí que tendrían que tener una palabra: demonio. Y todo es para tapar la realidad. Las personas son buenas o malas, no hay ninguna raza que sea mala», declaraba rotundo.

«Antes no tenía para entrar en las tiendas y tenía que robar las prendas. Ahora pago todos los meses a Hacienda. Y pago bien. Y me parece bueno porque siento que estoy contribuyendo. No he cotizado nunca en mi vida y para una vez que puedo cotizar el máximo, me encanta», afirmaba un artista que tiene pendientes aún varias causas con la Justicia de sus años mozos. «No tengo miedo a que me metan en la cárcel», aseguraba un músico cuyas letras le sirven para denunciar su realidad. «Avisé a la comisaría de aquí de que no quería llegar a ese punto de tener que cantar ‘Cataluña, fuck mossos d’esquadra’. Dejar de tratarme mal porque voy a hacer que te cantes eso, les decía. Y eso no es ilegal, no estoy diciendo nada. ¿Qué hago si el policía es corrupto, si aquí nos tratan mal? Tengo que cantarlo», manifestaba.

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