BIGARXUAN
El cordón sanitario
Después de dos años de covid, hasta las disputas políticas se dirimen con lenguaje médico. La pandemia que no cesa
Diario Vasco, , 21-02-2022Después de dos años de pandemia, la simbología médica se impone a todo. Cordón sanitario. Vox sí, Vox no. Unas elecciones en un territorio secundario de un país periférico como banco de pruebas. La guerra fría se dirime en desfiladeros lejanos. El covid va a arrojar a los ciudadanos, agotados, a un mundo diferente.
El futuro lo marca el fin de la idea del progreso lineal. Desaparecida la certeza de un futuro mejor, se produce la desconexión de las sociedades con el modelo tradicional porque ya no garantiza la prosperidad. La devaluación sostenida de los salarios, la fuerte inflación actual, la desigualdad creciente. Las preocupaciones de los ciudadanos no coinciden con el objeto de las batallas culturales de la disputa ideológica entre izquierda y derecha. El individualismo derrumbó el edificio de la primera; el laicismo, el de la segunda.
Ahora se habla del pan. Y con las cosas de comer no se juega. Las fuerzas clásicas han llegado tarde a este momento. Convencidas de que la lucha por la supervivencia estaba descontada por la historia, llevaban años en la batalla por la hegemonía cultural. La izquierda, envuelta en sus banderas muy justas y muy necesarias (la inmigración, el ecologismo, el feminismo, el multiculturalismo…) y la derecha en las suyas (la familia, la desregulación, el nacionalismo…). La confrontación ideológica sigue siendo imprescindible, pero constatado que el bienestar de todos no llegará por sí mismo, ya no puede ir por libre, no puede despegar los pies del suelo. Llegar a fin de mes vuelve a ser un problema real, nada teórico.
En este sentido, la reacción a las elecciones en Castilla y León constituye una categoría. Se habla de Vox en el Gobierno como si fuera una opción más. Hay que comer, no es 1942 y esta ultraderecha vaga, clasista y chapucera no es la Wehrmacht atravesando Ucrania, pero España, un país que necesita fondos europeos, no puede homologar a un partido de la internacional anti UE. En los despachos de Bruselas saben dónde queda Valladolid, no se va a pasar por alto lo que suceda en Castilla y León. El alcalde socialista pucelano fue el primero en señalar el elefante en la habitación: el PSOE tiene más escaños que Vox y, si quiere, decide. El Partido Popular, parte del núcleo de poder europeo, ha recibido el mensaje desde el edificio Berlaymont. Conoce el riesgo de equivocarse. Pero eso, naturalmente, no garantiza nada. Madrid es un búnker. O dos.
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