Basauri impulsa la accesibilidad al trabajo de las mujeres inmigrantes
La asociación Mujeres en la Diversidad alerta de la necesidad de dar «mayor apoyo emocional» por los efectos de la pandemia
El Correo, , 17-02-2022Ser mujer e inmigrante es uno de los colectivos más vulnerables y que más dificultades tiene para integrarse. Si de por medio se encuentra una pandemia, la situación se vuelve para muchas de ellas insostenible. La asociación Mujeres en la Diversidad, colectivo que lleva trabajando en Basauri desde hace quince años, y que a día de hoy está formada por 173 socias de diferentes nacionalidades, impulsa talleres de orientación laboral y formación para ayudar a estas mujeres sin recursos. La mayoría llevan poco tiempo en España e incluso arrastran una situación irregular. «Ven la oportunidad y tienen la necesidad urgente de producir dinero, pero hay otras oportunidades de las que no son conscientes», recuerda Francy Fonseca, socióloga y cofundadora de la agrupación.
Este mes han puesto en marcha el taller Kandaka Arte y Creación, en el que durante tres días a la semana enseñan a coser. «Buscamos que se integren, que se conozcan entre ellas, aunque tampoco nos olvidamos de enseñar un trabajo, de empodelarlas y que puedan tener ingresos. El año pasado varias de las participantes compraron luego una máquina de coser y comenzaron a hacer arreglos en su casa», explica Latifa Akatar, la integrante del colectivo encargada de impartir el taller. Es un espacio sin prejuicios, sin ataduras y al que cualquier mujer puede acudir, quizás por eso hay lista de espera. Este mes han comenzado diez participantes cada uno de los días no hay espacio para más. Son de puntos tan diversos como «Marruecos, Perú, Colombia, Argelia, Venezuela y de aquí», resume Akatar.
«Después del curso hacen relaciones, se ven por la calle y pueden hablar. Para las mujeres inmigrantes es un problema el no conocer a nadie, el no poder relacionarse. Y en el caso de las árabes se encuentran con un cambio todavía mayor por su cultura. Aquí tienen más responsabilidades porque los maridos están trabajando y no tienen en quien apoyarse, se tienen que hacer cargo de todo y no conocen el idioma», relata Akatar. Ella llegó hace nueve años al municipio vizcaíno y todavía recuerda sus comienzos.
Tercer año
«No me gusta estar en casa, no conocía a nadie, no entendía nada y fue muy duro», reconoce. Por eso, ahora es ella la que se encarga de ayudar a otras personas. Este es el tercer año que la asociación realiza esta actividad.
A través de sus múltiples actividades, Mujeres en la Diversidad logra llegar a un colectivo que no suele estar asociado y que tiene acuciantes necesidades económicas que les llevan a buscarse la vida con trabajos precarios. A esto se suma la dificultad para muchas de ellas, por su situación de irregularidad, por el idioma, etc… para capear los efectos de la pandemia. «Los objetivos que mantenemos hoy en día siguen siendo los mismos que hace quince años, ser un punto de encuentro para mujeres inmigrantes y defensa de los derechos humanos, pero además hemos incluido un mayor apoyo psicológico por la pandemia, a través de un curso que da continuidad a otro iniciado el año pasado de autocuidado emocional», explica Fonseca.
Ayer arrancó un taller de bailoterapia que imparte Yraiz Castillo, una refugiada venezolana. «Quiero contribuir a que se sientan más felices, interactuar con otras culturas y canalizar de mejor forma nuestra ansiedad». De cara al 8M trabajan en una gincana feminista en la que invitarán a la ciudadanía a «reivindicar los derechos que nos faltan», recorriendo lugares como el ambulatorio, el Ayuntamiento, la Casa de la Mujer o Lanbide.
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