Tres de cada diez nacimientos en Euskadi son ya hijos de padres extranjeros

Las mujeres foráneas mitigan, en cierto modo, la caída paulatina de la natalidad, con un peso cada vez mayor en el total de alumbramientos

Diario Vasco, AITOR ANSA, 14-02-2022

El donostiarra Moad Krim Lahlal fue el primer bebé que vino al mundo en Gipuzkoa este año. Hijo de Hassan y Fadila, inmigrantes marroquíes afincados desde hace cinco años en el barrio de Amara de la capital guipuzcoana, el primer alumbramiento de 2022 en el territorio es un fiel retrato del cambio de tendencia que sufre la natalidad en Euskadi durante los últimos años: el aumento de nacimientos de niños de mujeres de origen extranjero frente a las de nacionalidad española, cuya curva dibuja ya una tendencia completamente descendente.

Los números no engañan. El País Vasco tiene la tasa de natalidad más baja de toda la Unión Europea, con un ratio de 6,7 nacimientos por cada 100.000 habitantes, frente al 7,1 de España, superando ya incluso a Italia (6,8). La llegada de nuevos bebés al mundo viene desplomándose desde hace una década y la caída se ha acentuado, más si cabe, durante los últimos años a raíz de la crisis sanitaria. Si en 2011 Euskadi dio la bienvenida al mundo a 21.180 retoños, en 2020 lo hizo solo a 14.739, según los últimos datos anuales de Eustat. Esto supone una disminución del 30% en el número de alumbramientos en tan solo una década.

Y esa cifra desciende ininterrumpidamente desde 1975, año en el que nacieron 39.646 niñas y niños, con una tasa de natalidad del 19,1. «Lo que pasa es que el número de personas en edad fértil es menor que lo que era en años anteriores. Es decir, el número absoluto de personas que están teniendo hijos son menos y como son menos, nacen menos niños», razona el sociólogo de la UPV/EHU Unai Martín.

Las madres inmigrantes, por tanto, se presentan como el único ‘salvavidas’ demográfico de la Comunidad Autónoma Vasca. Las mujeres venidas de otros lugares son la aislada causa que mitiga el descenso de nacimientos durante el presente siglo. Y lo hace cada vez con un peso mayor.

«Aquí mis niñas pueden tener un futuro mejor»
Natalidad en Euskadi
«Aquí mis niñas pueden tener un futuro mejor»
AITOR ANSA
A principios de siglo, en 2002, el porcentaje de bebés cuyas madres eran de origen de fuera de España era del 2%. En 2020 ese guarismo ya había ascendido hasta el 28,5%. A las espera de poder conocer los datos relativos al pasado año, casi tres de cada diez niños y niñas que vienen al mundo en Euskadi a día de hoy son inmigrantes de segunda generación, 4.207 de los 14.739 bebés que nacieron hace dos años. En el caso de Gipuzkoa, fueron 1.406 de un total de 5.024 retoños de madres extranjeras.

«La inmigración sigue creciendo y la gente que viene lo hace a una edad fértil», explica el sociólogo Unai Martín
«Se debe a dos factores principalmente», apunta el sociólogo. «Por un lado, que la inmigración sigue creciendo —a 1 de enero de 2021 había 246.501 personas extranjeras empadronadas en Euskadi, el 11,1% de la población, 4.777 más que en 2020 según Ikuspegi—», lo que «tiene un impacto doble en la natalidad, ya que lo hace en edad fértil, lo cual supone que el número de personas en edad de tener hijos crezca». Además, sostiene, «la migración de ahora es una migración internacional. Migra gente en edad fértil con unos patrones de fecundidad que tienen más hijos por mujer. Y la primera generación que llega a Euskadi sigue reproduciendo los patrones de la sociedad de origen».

Demora con el primer hijo
Pero los datos demográficos vascos muestran también otra realidad palmaria: las familias y mujeres que viven pero no han nacido en el País Vasco deciden ser madres a una edad más temprana que las vascas. En 2020, casi cuatro de cada diez lo hicieron con menos de 30 años, frente al 12,8% de las autóctonas. La edad media de las extranjeras se situó por tanto en los 31,1 años, mientras que el de las españolas fue de más de 34.

Euskadi tiene la tasa de natalidad más baja de toda la Unión Europea, con 6,7 nacimientos por cada 100.000 habitantes
Se debe a «una cuestión cultural», admite el experto de la UPV/EHU. «Los hijos se tienen a la edad que se tienen porque en cada época histórica y cada población tiene una edad ideal para tenerlos. Una madre con 20 años casi la consideramos como un embarazo adolescente todavía aquí. Y la edad a la que creemos normal tenerlos es más tarde que en esos lugares de donde provienen las madres extranjeras», añade. Por otro lado, «las inmigrantes de algunos lugares incorporan unos patrones de división de roles que favorece que tengan más hijos. No es tan importante la incorporación laboral de las mujeres como aquí y eso les permite tener más hijos».

Martín hace hincapié en un hecho a tener muy en cuenta: la demora de las mujeres autóctonas a la hora de tener a su primer retoño. «Las madres vascas tienen los hijos muy tarde», dice, lo que hace que «cuando tienen el primero es mucho menos probable que tengan el segundo o el tercero. Si el calendario reproductivo es anterior, si empiezas teniendo los hijos más pronto, es mucho más fácil porque hay un límite biológico, social y a partir de unos años es muy difícil tener la progresión al segundo».

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