DONOSTIA – Las autoridades italianas han impuesto a la tripulación del Aita Mari una cuarentena de diez días, a pesar de que finalmente todos han dado negativo en una prueba de coronavirus y están vacunados con la pauta completa. Sin embargo, 23 de los 176 migrantes rescatados sí habían dado positivo, de ahí la medida que ha tenido que acatar el barco vasco.

En su última misión, el Aita Mari logró rescatar el viernes a 176 personas –entre ellas 42 menores y 18 mujeres– en el Mediterráneo central. En una primera operación, por la mañana, rescató a 105 personas, y ya por la tarde volvió a recibir un aviso de un bote cerca de la costa de Lampedusa con otras 71 personas, algunas de las cuales mostraban signos de cansancio e hipotermia.

Después de ese segundo rescate, el barco vasco pidió permiso a las autoridades para desembarcar en la costa de Lampedusa, el lugar más cercano, ya que el estado del mar no era bueno. Al no recibir respuesta ni el viernes ni el sábado, la tripulación decidió poner rumbo a Sicilia, tal y como informó Izaskun Arriaran, presidenta de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario.

Sin embargo, la “complicada” navegación, con olas de más de dos metros, hizo que el Aita Mari desistiera y diera media vuelta. Fue el domingo a media tarde cuando llegó la esperada noticia de que Lampedusa daba el visto bueno a la llegada del barco de rescate. Entonces comenzó el desembarco de las 176 personas: primero los niños, luego las mujeres, después los hombres y, por último, las 23 personas que habían dado positivo.