Las consultas jurídicas de inmigrantes han crecido en el último año en Euskadi. Solo en 2021 la red vasca de atención en materia de extranjería Aholku Sarea atendió a 10.199 personas, una media de 28 al día, y registró 23.199 consultas. Cada vez son más las personas en situación de vulnerabilidad procedentes de otros países que una vez llegan a Euskadi solicitan ayuda para las tramitaciones administrativas con el fin de acceder al mercado laboral y poder crear una vida digna en el territorio. La mayoría de quienes acuden al servicio Aholku Sarea, que a partir del próximo martes va a ampliar el número de oficinas en cinco municipios nuevos, son mujeres con hijos menores procedentes de Latinoamérica o África y jóvenes magrebíes sin redes familiares de apoyo.

En este contexto en el que el número de quienes necesitan de asesoramiento jurídico al no saber dónde recurrir, el Gobierno Vasco pondrá en marcha desde el próximo lunes 1 de febrero otros cinco puntos de atención física de Aholku Sarea. «Queremos conseguir que las personas migrantes puedan regularizar su situación y así logren acceder al mercado laboral. Eso redundaría en el beneficio de todos. Porque con su regularización administrativa, estas presonas podrían empezar a valerse por sí mismas», ha defendido la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la mañana de este viernes en la presentación de una de las nuevas oficinas de Bermeo.

Gipuzkoa contará con un nuevo local de esta red de asesoramiento jurídico en Azpeitia, donde el Ayuntamiento puso en marcha el servicio el año pasado y ahora se incorpora a la red vasca. Las cuatro restantes se abrirán en Bizkaia. De esta manera, Aholku Sarea contará con un total de 24 oficinas repartidas por todo Euskadi, ocho en cada territorio.

El 26% de las consultas del último año se realizaron en Gipuzkoa, si bien Bizkaia es el territorio donde más inmigrantes solicitan asesoramiento. Casi seis de cada diez (56%) consultas se realizaron en Bilbao y alrededores, frente al 18% de Araba. La mayoría, el 60%, fueron realizadas por mujeres procedentes de países latinoamericanos o africanos, y muchas de ellas, con vínculos laborales relacionados con el hogar y los cuidados. La edad media de estas personas se fija entre los 25 y 50 años.