Ciudadanos «Abierta una ventana, queremos abrir más; que haya corriente. Mucha»

Nadia, Juan, Gemma, Soko: Cuando descargarte el pasaporte Covid es puro orgullo

Diario Vasco, , 28-01-2022

Nadia se apellida Fabo y dejó su moto en la calle Larramendi para poder hablar por teléfono camino del hotel Catalonia, donde había quedado con Juan García, Gemma Torres y Soko Romano. Forman ‘Mentore’, programa experimental apoyado por el departamento foral de Inclusión Social. Son también Lotura Giza Garapena. Es decir: Lazo. Humano. Desarrollo. ¿Otra oenegé? No, demasiado pequeños para serlo. Estamos con la gente de una cooperativa pequeña de iniciativa social, www.loturagizagarapena.com.

– Leo los objetivos generales: ‘Lograr la inclusión de personas en riesgo o situación de exclusión social’. Seguid vosotros.

– ’…Mediante su participación en la sociedad como ciudadanos-as de pleno derecho y miembros activos-as de la comunidad, desarrollando sus competencias personales, sociales y comunitarias, haciéndoles protagonistas y responsables de sus propios procesos».

«¿Qué es la exclusión social? Quemaste los puentes con tu familia. No hay vecinos, no tienes dónde comprar. ¿Dónde está la farmacia? ¿Me mirarán si entro a ese bar?»
– Soberbio. Seguro que todos creemos saber qué significa exclusión social, pero pocos de nosotros la hemos vivido en cuerpo y alma. ¿Concretamos?

– Acaso tengas un techo. Tutelado. O no. Una ayuda social. Pero has quemado los puentes con tu familia. No hay vecinos a tu alrededor. En los bares no te conocen. No sabes cuál podría ser tu farmacia. No existe red social. Duermes, tal vez, en un cajero. Y te miran mal, entre otras cosas porque hay un tetra brik de vino al lado de tu colchón. No saben que en la noche necesitas ese golpe de calor (aunque luego el alcohol te hiela) envolvente que representa un trago. Eres africano. Huérfano. Sobreviviste a guerras. Pero aquí careces hasta de referencias del pasado. Nosotros sí las tenemos y por eso el día que necesitas un jardinero o el teléfono de un viejo amigo sabes perfectamente a quién recurrir.

– Creo que ahora a eso último se le llama agenda.

– O sustrato o raíz o red. Pero tú, en situación o riesgo de exclusión social, solo tienes una cosa, miedo. ¿Sabes a qué?

– Supongo, pero mejor me lo contáis vosotros, que tenéis buena fuente: vuestros mentorizados.

– A un puñado de situaciones, de acciones que nosotros tenemos perfectamente asumidas pues están bien profundas dentro de nuestro sustrato vital y social. Cuando dejemos de hablar sentados en las escalinatas del mirador del Catalonia, entraremos en la cafetería sin ningún recelo, sin preocuparnos de nada. En todo caso, de ajustarnos bien la mascarilla. Pero si eres negro, si no tienes todos los papeles habidos y por haber, te asusta la mirada que puedas notar sobre ti. Imaginas que están pensando si tendrás o no dinero para pagar un bollo o piensas robarlo. Más aún, careces de esa habilidad, esa experiencia social que te indica si has de sentarte primero y pedir después o al revés…

– Ahora entiendo lo de…

– ¿El qué?

– Que descargarse el certificado de la pauta completa de vacunación pueda ser un orgullo.

– Es que representa también un pasaporte (o parte de uno) hacia la inclusión social. Porque teniéndolo puede acudir a cualquier actividad de Tabakalera. O del Koldo Mitxelena.

– El del chaval africano es un caso de libro: guerras. caminando los desiertos… ¿Hablamos de gente de aquí, digamos que de la más nuestra, de las de al ladito de casa…

– De alguna familia de tu pueblo, que quizás hasta conozcas bien. Pasan cosas, entras en adicciones, se te desencadenan problemas mentales. No entiendes o no puedes ver que los tuyos intentan ayudarte. Quemas los recursos que te ofrecen. Se rompen los lazos… Los de casa, los del pueblo. Pasa el tiempo. Logras estar más estable. Y en paz. De pronto surgen en ti otras necesidades…

– ¿Cuáles?

– Compartir lo que has aprendido cuando estabas excluido. Compartirlo, aunque no sabes muy bien qué has aprendido. Has de dimensionarlo todo, admitir que has buscado y aceptado ayuda. Entender que tal vez tengas algo que reparar en tu entorno…

– ¿Y junto al chaval africano y cerca del hombre que sin saber sabe, es donde estáis vosotros, tan pequeñitos que no sois oenegé sino cooperativa social?

– Ahí, sí. No ejercemos de asistentes sociales. No damos de comer, aunque sabemos perfectamente que no puede faltar un bocadillo, un plato caliente. No nos complace el barniz de antigua caridad (moralista) que desprenden ciertas asociaciones. Nosotros somos mentores. En un proyecto que, aunque ya testado en otros lugares, entre otras gentes, tiene bastante de innovación social. Acompañamos. Colaboramos con nuestro mentorizado (a) en el tejido de esas redes rotas o inexistentes. Nosotros sí las tenemos, así que si quieren practicar atletismo, seguro que conocemos a alguien que entrena en Anoeta. Pero, ¿sabes qué? Ellos, ellas (que son valientes como pocas) y nosotros hemos de salirnos de nuestra zona de confort.

– ¿Pero es que hay zona de confort en la exclusión?

– Como el hámster en su rueda. El miedo te hace sentirte más seguro bajo tutela o aparte del mundo hostil. Bajemos de la rueda.

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