El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer durante su visita a Canarias que el Ejecutivo «no regateará medios materiales ni humanos ni políticos» para frenar las avalanchas de inmigrantes subsaharianos en el archipiélago. Zapatero, que se entrevistó con el jefe del Gobierno autonómico, Adán Martín, anunció al final del encuentro que el Consejo de Ministros aprobará este mes el prometido plan de seguridad para el archipiélago.

En su primera escala de esta breve gira, en Tenerife, el presidente insistió en que el control de los flujos migratorios clandestinos a las islas se ha convertido en un «compromiso casi personal» y dijo ser consciente de los esfuerzos que los ciudadanos canarios han hecho durante los últimos meses para acoger a los recién llegados. Insistió en que el Ejecutivo ha desplegado «todos los medios políticos, materiales y diplomáticos» para intentar atajar la llegada de los irregulares en una operación «sin precedentes» en España.

Zapatero insistió en el éxito de su Gobierno para involucrar a los socios europeos en el control de las fronteras exteriores de la UE y recordó cómo ahora varias costas son ahora vigiladas por grupos conjuntos de patrulleras. En esa línea, aseguró que estos esfuerzos han dado sus frutos, en especial en la reducción de las llegadas de inmigrantes en cayucos (de 3.500 en mayo a 500 en junio).

Martín, por su parte, agradeció la visita del presidente y la inminente aprobación del plan, aunque no ahorró críticas. Pidió a Zapatero que ese programa de seguridad sea «más integral» y que cuente con los servicios propios del archipiélago e hizo un llamamiento al Gobierno central para que sitúe la inmigración como «prioridad número uno de su agenda». Asimismo, hizo especial hincapié en la necesidad de ayuda para atender a los clandestinos menores no acompañados que llegan en cayucos.