La situación del centenar de subsaharianos que acampa desde hace semanas en el Jardín Chino de Murcia, sin un techo bajo el que cobijarse, ha destapado la polémica sobre la acogida que se dispensa a los inmigrantes que llegan en vuelos desde Canarias. Desde febrero, es la Consejería de Trabajo y Política Social la que se encarga de recibir a los subsaharianos, fruto de un acuerdo con el Gobierno central. Una vez que aterrizan en la Región, se les ofrece techo durante 15 días en alguno de los albergues con los que la Comunidad tiene convenios. Varias organizaciones sociales denuncian que esos programas de acogida son «insuficientes» porque «en dos semanas están en la calle».

Murcia Acoge y la plataforma Desobedecer la Ley – Convivir Sin Racismo han hecho llegar sus quejas a las administraciones sobre la situación de los subsaharianos sin papeles en la Región, y el martes se reunieron con el delegado del Gobierno en busca de una solución para los inmigrantes que malviven en el Jardín Chino.

Los actuales programas de acogida nacieron el año pasado, después de que organizaciones sociales y medios de comunicación denunciaran que los subsaharianos llegados desde Canarias eran abandonados a su suerte, en situación irregular y con una orden de expulsión en la mano que les impide encontrar un trabajo con contrato. En algunos casos, los inmigrantes eran abandonados en las mismas puertas del aeropuerto de San Javier. En otras ocasiones, se les enviaba al centro de internamiento de Sangonera. El Gobierno central reaccionó a las protestas y modificó esta práctica, que se estaba llevando a cabo desde finales de los años 90. Puso en marcha dos tipos de programas. Uno de emergencia, que consiste en 15 días de acogida en un albergue, y otro más amplio, que permite que los inmigrantes puedan estar hasta dos meses en centros donde se les ofrece inserción social, cursos de español, etc. Sin embargo, la inmensa mayoría de los subsaharianos que llegan de Canarias sólo disfrutan del programa de emergencia. «En la práctica sólo reciben comida y techo; en el papel se habla del desarrollo de itinerarios de inserción, pero no se está haciendo nada de eso; evidentemente no da tiempo en 15 días», denuncia Medinaceli Parrilla, de Desobedecer la Ley.