Un mes después de haber logrado llegar a Mallorca a bordo de un avión comercial que fue forzado a realizar un aterrizaje de emergencia en Palma con la coartada de una emergencia sanitaria, la Policía Nacional ha detenido a otros dos de los 25 inmigrantes fugados. En total, hasta hoy han sido localizados 21 y quedan cuatro en paradero desconocido.

Los dos inmigrantes arrestados ahora, de origen marroquí, habían logrado escapar del cerco policial y residían en un piso en la localidad mallorquina de Inca. Obtenían ingresos realizando trabajos esporádicos en la zona.

Fueron arrestados el jueves por la noche y hoy viernes han sido enviados a prisión provisional por orden de un juez, como lo han sido ya 21 de sus compañeros de fuga detenidos tras el incidente, conocido coloquialmente como la ‘patera aérea’ de Palma, un caso insólito sin precedentes en España.

El Juzgado de Guardia, siguiendo el criterio de otros tres jueces de la isla, ha decidido que sean encarcelados de forma provisional mientras se investiga si cometieron posibles delitos de sedición (como sostiene indiciariamente la Fiscalía) y coacciones, atendiendo además al hecho de que existe un evidente riesgo de fuga.

Los dos arrestados han sostenido en su declaración que no tenían intención de introducirse ilegalmente en España.

Según su versión, no conocían al resto de pasajeros fugados ni tenían un plan preconcebido con ellos. Mantienen que se dirigían a Turquía (el avión volaba entre Casablanca y Estambul) y que aprovecharon la situación caótica desatada tras el incidente para salir del avión y quedarse en territorio balear.

BÚSQUEDA INTERNACIONAL
Han declarado además que no utilizaron violencia en su huida. Se limitaron, según han alegado, a seguir al primer grupo que salió de la aeronave y luego huyeron, cambiando en alguna ocasión de domicilio.

Las fuerzas policiales han estado peinando localidades de la isla para intentar localizar a los fugados, investigando si tenían enlaces o conocidos en Mallorca para que les encubrieran.

De hecho, hasta ahora se han producido dos detenciones de compatriotas suyos que les dieron cobijo por posibles delitos de favorecimiento a la inmigración ilegal.

Al menos dos de los pasajeros lograron abandonar la isla en barco horas después del aterrizaje, aprovechando la caótica situación generada y las brechas en la transmisión de información entre las autoridades y las compañías de transporte.

La juez que instruye el caso dictó órdenes de búsqueda internacionales, sin que hasta el momento hayan dado frutos.

El 8 de noviembre fueron encarcelados los primeros doce inmigrantes fugados, entre ellos el que se identificó como el cabecilla de la fuga. El joven que alegó sufrir un coma diabético en pleno vuelo y por el que el comandante de la aeronave tomó la decisión de solicitar un aterrizaje de emergencia en Palma.

Según la investigación policial, el shock fue simulado y el enfermo cobró “milagrosamente” la salud al llegar al hospital, donde un doctor certificó que no sufría patologías urgentes. La defensa del joven esgrime a su favor las declaraciones de sanitarios que le atendieron en el avión y que percibieron que sufría síntomas compatibles con la enfermedad alegada.

Al tomar tierra, y una vez que fue evacuado el supuesto enfermo junto a un amigo, un grupo de 23 pasajeros formó un tumulto y, tras empujar a la tripulación y al personal de tierra, huyó a la carrera por las pistas y desperdigándose por las inmediaciones.

Según los informes presentados por la aerolínea (Air Arabia), el avión no contó con seguridad ni vigilancia de la Guardia Civil hasta después del incidente y de la evasión de los pasajeros.