Destaca que el Gobierno «no regateará en medios humanos ni materiales ni políticos» para controlar los flujos migratorios en origen «Esto enseña mucho». Con esta frase, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, resumió ayer su paso por las Islas Canarias para abordar in situ, junto al Gobierno autonómico, el fenómeno de la inmigración irregular. El presidente visitó los centros tinerfeños de internamiento de extranjeros de Hoya Fría y Las Raíces, y el de El Matorral, en Fuerteventura. Además, se trasladó al muelle de Los Cristianos, convertido desde principios de año en un atraque continuo de cayucos venidos del continente africano.

Rodríguez Zapatero, que eludió cualquier aclaración sobre la posibilidad de que los inmigrantes irregulares inexpulsables consigan su permiso de residencia, vislumbró un «horizonte destinado a garantizar con más eficacia el control de la inmigración ilegal, y a garantizar la cooperación de los países de origen de ésta».

Según el líder socialista, éste es, sin duda, «el gran medio para frenar y hacer ordenadamente el proceso de inmigración» en nuestro país. En este sentido, anunció que este mes se aprobará un Plan de Seguridad para Canarias e hizo hincapié en que su Gobierno «no regateará en medios humanos, ni materiales, ni políticos para controlar la inmigración ilegal en origen». No obstante, recalcó la importancia a este respecto de medidas de cooperación con el Africa subsahariana.

David, un senegalés llegado al centro temporal de Las Raíces el pasado 18 de junio, fue el encargado de contarle al presidente cómo matan el tiempo los inmigrantes durante los 40 días que dura su reclusión en las islas a la espera de ser repatriados o derivados a la Península. David chapurrea el español, pero se hizo entender. Le contó a Zapatero que los 440 inmigrantes de este centro juegan a las damas o al fútbol, dan paseos y, sobre, todo ven mucha televisión.

A Hoya Fría llegó a la hora del almuerzo. El menú del día anunciaba potaje canario, tortilla de patatas y hamburguesa. Funcionarios, cocineros y médicos trasmitieron al presidente «el buen clima» que se respira en este centro de internamiento. Lo mismo vivió horas después en El Matorral, en Fuerteventura. «Unos centros de internamiento modélicos», en opinión del ministro de Trabajo, Jesús Caldera, pero a los que no se permitió el acceso a los periodistas. Zapatero encontró unos centros al 50% de su capacidad de acogida, nada que ver con lo vivido meses atrás con las llegadas masivas de sin papeles.

Ya en El Muelle de Los Cristianos, el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el grancanario Juan Manuel Suárez del Toro, explicó al responsable del Ejecutivo la necesidad de «ser pioneros en los programas de cooperación con Africa como única solución posible a la inmigración irregular». Según comentó Suárez del Toro, «este fenómeno hay que entenderlo en su magnitud total, y la colaboración entre países ha de ser sincera y nada interesada; si no es así, el desarrollo de los países emisores de inmigrantes no es posible». Del Toro destacó la necesidad de impulsar programas de cooperación con Africa «para trabajar en la raíz del problema».

Moussa Andiaye, voluntario de esta ONG y senegalés de nacimiento, subrayó que «muchos de los inmigrantes que llegan a Canarias no tienen otra salida en sus países». «Es triste ver a compatriotas arriesgar sus vidas, pero allí no tienen posibilidades y su meta es probar suerte en Europa», señala.

En su caso, Moussa prefirió llegar a España a bordo de un avión. Estuvo en situación de ilegalidad unos años, pero ahora, además de trabajar en la construcción, sirve de intérprete, ya que domina siete dialectos africanos. «Soy el único que puedo hablar con ellos, y los comprendo muy bien porque he pasado por lo mismo», nos comenta.

Mientras tanto, el presidente del Ejecutivo español consideró que el Gobierno ha movilizado «todos los esfuerzos y medios políticos, materiales y diplomáticos» a su alcance, en una operación «sin precedentes» en España.

Para Zapatero, entre las «acciones poderosas» en vigor está el compromiso europeo para hacer frente a la inmigración con la Agencia Frontex, y los acuerdos de colaboración con Mauritania y Senegal.

El presidente canario, Adán Martín, con quien se entrevistó Zapatero por la mañana, le trasladó su preocupación por los menores inmigrantes llegados a Canarias. Sin embargo, Martín no logró arrancarle el compromiso expreso para promover el traslado a la Península de los más de 400 que se encuentran confinados en centros de acogida canarios.