TOMAS GAYO / ACTOR

«Madrid no es rencorosa»

El Mundo, 13-07-2006

CON MUCHA CARA / «Me han atracado tres veces en los últimos cinco años. Un atraco es una violación» / «Estamos en un mundo en el que hay un 18% de abusos no denunciados en el ámbito familiar» / «Estoy a favor de la inmigración, pero hay un descontrol que me molesta» / «Fui a un colegio de curas, por desgracia, y lo único que tenías que hacer para aprobar era dar dinero» Este actor es un pararrayos de golpes. Le ha pasado de todo y ahí sigue: luchando por el teatro como cuando estaba en el núcleo de la movida madrileña y Almodóvar era conocido en el mundillo de entonces, casi de forma admirativa, como el tontito del cine.Recientemente ha escrito su primer drama para las tablas: La madre vigila tus sueños, que se estrenará en octubre.


Pregunta. – Hijo que viola a su madre paralítica. Gracias a esta noticia, escribió su obra. Hay que ver cómo se pasa la realidad.


Respuesta. – Se pasa tres pueblos. Cuando lo leí se me pusieron los pelos de punta.


P. – La madre tardó mucho en denunciar los hechos. A ver si es que no le disgustaba del todo.


R. – Hay ahí un componente psicológico muy delicado, pero las víctimas siempre tienen algo de verdugos.


P. – La historia es muy truculenta, pero no es un culebrón.


R. – No, no lo es. Es un corte seco, una hostia en la cara, un hachazo que a mí me ha perturbado la cabeza desde 1992. Hasta ahora.


P. – ¿Es posible que esto no asombre a la gente? ¿La sociedad vive con una venda en los ojos?


R. – Exacto, porque estamos en un mundo en el que hay un 18% de abusos no denunciados dentro del ámbito familiar. Una de las tasas más altas de Europa. Por ejemplo, sólo hay dos asociaciones de defensa del menor en España.


P. – En Madrid hay miseria, pero está oculta.


R. – Sí. Nadie ha estudiado en profundidad lo que son las ciudades dormitorio. Imagínate lo que es estar trabajando y vivir en Fuenlabrada o Getafe, que son ciudades horrorosas arquitectónicamente y no hay donde desahogarse. Y yo he vivido un año y medio en Getafe.


P. – No es una miseria grandiosa, como a la que aludía Víctor Hugo.


R. – No. No tiene nada de romántica y, curiosamente, hay una cantidad tremenda de gente de derechas en esos sitios.


P. – ¿Madrid se está encanallando?


R. – Sí. La inmigración es un problema grave…


P. – No me estará uniendo el concepto «encanallamiento» con el de inmigración.


R. – No, pero no está contribuyendo positivamente en ciertos aspectos.A mí me han atracado siempre moracos y rumanos. En un país árabe te fumas un porro y te caen 6 años de cárcel; aquí delinquen 5 veces y al día siguiente están en la calle. Estoy a favor de la inmigración, pero hay un descontrol que me molesta.


P. – ¿Cuántas veces le han atracado?


R. – Tres veces en los últimos cinco años.


P. – Vaya mala suerte.


R. – El teatro acaba tarde… Un atraco es una violación.


P. – Y como víctima, ¿cuánto tiene usted de verdugo?


R. – La primera vez que me atracaron, hace ya muchos años, un moro me dio un cabezazo y…


P. – ¿Como Zidane?


R. – Como Zidane, igual, igual, pero en la cabeza. El caso es que al día siguiente me compré una automática, pero luego la tiré. ¿Dónde iba yo con una automática?


P. – Así que los moros y los rumanos…


R. – Los que me atracaron. Pero es curioso que, salvo en la construcción, no veo a gente de estos países trabajando en otros sitios, como sucede con los de los demás países.


P. – ¿Hay más represión ahora que durante la transición?


R. – Durante la época de la movida la había, pero era otra cosa.Recuerdo que en una redada múltiple Tino Casal le dijo a un policía quién era y el agente le contestó que él era Pastora Imperio y que para la lechera. Malos rollos siempre ha habido, pero el encanallamiento ha ido en aumento.


P. – ¿Es de alguna ONG o apadrina niños?


R. – Apadrino dos niñas y les va muy bien. Por cierto que es curioso que en Madrid no haya un odio hacia el árabe como lo hay ahora en Londres. Madrid no es rencorosa y el pueblo madrileño es generoso en ese sentido. A veces. También me dieron sin motivo una paliza unos skin – heads y nadie vino a ayudarme.


P. – ¿Se confunde solidaridad con caridad?


R. – En mi época, la palabra solidaridad no existía. Yo fui, por desgracia, a un colegio de curas y para aprobar lo único que tenías que hacer era dar dinero. Pero sí creo que se confunden.


[Pasa una ambulancia con la sirena puesta]


P. – Ya no son ambulancias, sino soportes vitales avanzados.


R. – Es como el agente de movilidad, que me hace mucha gracia.¿Pero tú qué vas a mover?


P. – ¿Alguna vez ha ido al Rastrillo?


R. – ¡Por favor! Eso me produce vómito. Que traten mejor a la mucama que tienen en casa y que se vayan a cocinar a una residencia de ancianos.


P. – ¿Dentro de poco habrá que hacer colectas para el teatro?


R. – Sí. Durante el corralito, en Buenos Aires, hubo compañías que decidieron pasar la gorra después de la función. Sacaron más dinero que quienes abrieron taquilla.


P. – Ha sido una entrevista un tanto tétrica. ¿Algo positivo para terminar?


R. – El otro día vi una foto de un niño patinando y sonriendo por la Gran Vía. A pesar de todo, somos un pueblo positivo.


RETRATO


Origen: Madrid, 1960 Currículo: Actor, director y productor de teatro; también ha trabajado en cine y televisión. La madre vigila tus sueños es su primer drama como autor. Su productora tiene en los escenarios otra historia basada en un caso real: Hielo y fuego. Aficiones: «Viajar, básicamente. Y donde fueres haz lo que vieres. El cine, leer…No hacer nada, a pesar del complejo de culpa que me entra. Y nadar». Debilidades: «Me gustaría pasear tranquilo. La mayoría de la gente mira al suelo, yo quiero mirar hacia el cielo». Defectos: «Soy un ansioso absoluto, lo que a veces me hace egoísta». Virtudes: «Soy buena gente, tolerante, generoso y buen amante, cuando me dejan».

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