MADRID. A la búsqueda de una idea, estamentos directivos, gremios futbolísticos y organizaciones diversas intentaron paralizar ayer el enésimo brote racista en el fútbol español, el incidente con Eto´o en La Romareda. Y en ningún escenario se adivina una solución única. El Consejo Superior de Deportes (CSD) se ampara en el protocolo firmado en 2005. Voces de renombre hablan sobre concienciación social y hábitos perniciosos. Y, de momento, una asociación, la coalición contra el racismo (CECRA) ha promovido dos iniciativas que sirvan como primer paso en la reivindicación. La selección española lucirá una pancarta mañana, en el amistoso ante Costa de Marfil en Valladolid, con un lema , «España no es racista». Y queda en espera la respuesta de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) sobre retrasar cinco minutos el comienzo de los partidos de Liga en señal de protesta.

Los internacionales españoles transportarán una lona gigante con una fotografía y la inscripción en tres idiomas, español, inglés y francés. A esa decisión llegó la Federación Española después de cruzar opiniones con Carlos Ferreira, secretario general de la CECRA. «Los ultras promueven una psicología de masas. Se distribuyen en lugares estratégicos de los estadios y el que está en medio cae en la inocencia xenófoba», dijo Ferreira a ABC.

La CECRA se ha reunido con una docena de jugadores suramericanos y africanos de la Liga con el ánimo de promover actuaciones que sirvan para erradicar los brotes racistas.

Las expresiones de condena hacia el incidente que protagonizó un sector de La Romareda con Eto´o se sucedieron en el día de ayer. Al hilo que iban cayendo las reacciones y las opiniones, no brotaron las soluciones. El entorno del fútbol no da con una fórmula para erradicar el racismo.

Desde el CSD se promociona el protocolo anti-racismo que se promulgó en marzo de 2005, con 34 puntos sobre educación, prevención y represión del mal. A eso se refirió ayer Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado para el Deporte, que tiene previsto reunirse hoy con los responsables del protocolo para analizar su eficacia.

Sin embargo, en el CSD se tiene la idea de que el trayecto es largo y las soluciones inmediatas, muy complicadas. Se habla de incentivar el protocolo, de la necesidad de que los clubes actúen en su aplicación, pero sobre todo se recuerda lo que ocurrió con la violencia en el fútbol español. Hace años había vallas en los estadios, una fractura entre la grada y el terreno de juego, y los ideólogos piensan que lo mismo sucederá con el racismo. Un lento proceso de conciencia ciudadana que desemboque en la tolerancia.