Danuta Kuron: «En vista de lo que se avecina, ningún muro ayudará»

Histórica de Solidaridad, avisa a la UE de que los derechos humanos desaparecerán si no se aplican a todos. Y responsabiliza a Polonia de la «crisis humanitaria» en la frontera bielorrusa

ABC, Laura L. Caro, 01-12-2021

En Polonia se respeta la voz de Danuta Kuron y su nombre es sinónimo de defensa de los derechos sociales. Sin ir más lejos, la prestación por desempleo en el país se conoce todavía coloquialmente como ‘kuroniówka’, literalmente ‘la sopa de Kuron’, en recuerdo y homenaje al que fuera su marido Jacek Kuron, ya fallecido. Una leyenda de la disidencia, uno de los cerebros del sindicato Solidaridad y miembro del círculo íntimo de Lech Walesa, a quien dotó de la fuerza intelectual bruta y la irreverencia que requerían aquellos tiempos tumultuosos de lucha por una democracia, que tras los acuerdos de la ‘Mesa redonda’ de 1989 cobró forma en las primeras elecciones parcialmente libres en medio siglo.

Kuron fue diputado y dos veces ministro. Ella está considerada como una de las mujeres que contribuyó a la caída del comunismo en Polonia: siguió aquellas negociaciones históricas de 1989 para la agencia secreta de Información de Solidaridad, movimiento con el que se comprometió desde los difíciles comienzos en la clandestinidad mucho antes de la caída del Telón de Acero. Por ejemplo, cuando ayudó a coordinar las estructuras en la región centro y oriental, allí donde tantas décadas después, en 2002, fundó con Jacek la Universidad Común Jan Józef Lipski, con sede en Teremiski. En el corazón del bosque de Bialowieza limítrofe con Bielorrusia, donde ella pasa seis meses al año y estas semanas, se han clavado los ojos del mundo. Porque un número incalculable, no hay cifras oficiales, de refugiados empujados desde la órbita rusa se esconden allí como pueden para no ser cazados por las fuerzas polacas y devueltos al otro lado de la valla.

Voz respetada. Ella es una de las mujeres clave en la caída del Comunismo en Polonia. Su marido fue soporte intelectual de Lech Walesa, ministro e historiador

La crítica de Danuta ante lo que acontece contiene un reproche de fondo y un aviso a Europa. Pero por encima de todo, impacta contra la actuación de las autoridades de su propio país. «No hay crisis migratoria en Polonia, es una crisis humanitaria y política», reivindica.

«El verdadero problema no es Bielorrusia, solo aprovecha la oportunidad. En vista de lo que se avecina, ningún muro ayudará. La Europa rica, segura y feliz no tiene ninguna posibilidad de aislarse del resto del mundo ni siquiera con los muros más altos. O cuidamos del mundo entero o morimos», lamenta en respuesta a este diario. «Aquí en Europa, estábamos convencidos de que los derechos humanos eran nuestros derechos. Y los derechos humanos se aplicarán a todas las personas del mundo o no existirán en absoluto, de modo que también los perderemos».

Más allá, arremete contra la zona de exclusión decretada en el este del país por decisión del ultraconservador Andrzej Duda, al que no menciona directamente, y que la activista cree la anticipación de «una militarización sistemática de la vida social» en Polonia.

«No puedo entender qué objetivo estratégico buscan con ese estado de emergencia en la frontera. Se dijo que estaba en riesgo la seguridad de los ciudadanos, pero no es real. La violación del orden público está teniendo lugar, pero no porque haya refugiados, sino por el despliegue de unidades militares y policiales, que perturban y entorpecen la vida de los habitantes, provocan ansiedad y generan conflicto». Sugiere que este es un conflicto «entre el Gobierno y una parte cada vez mayor de la sociedad polaca», que el poder de Varsovia ha planeado muy probabemente con miras electorales y que le saldrá mal.

«El Gobierno actual es responsable de la crisis humanitaria que se está produciendo en el lado polaco de la frontera», sentencia. Y vaticina que alguien pagará por ello.

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