Francia se le agota la paciencia con el Reino Unido. El Gobierno galo retiró este viernes la invitación a la ministra de Interior británica, Priti Patel, para la reunión que este domingo mantendrán en Calais los responsables de migración de la Comisión Europea, los Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia para abordar la actual crisis en el canal de la Mancha.

Fue la respuesta de París a la carta hecha pública el jueves en Twitter por el primer ministro Boris Johnson en la que le pide al presidente Emmanuel Macron que readmita a los inmigrantes que llegan por mar a las costas inglesas.

Macron censuró que sus métodos de Johnson «no son serios». «Yo no abordó temas como estos a través de Twitter o publicando cartas», declaró indignado desde Roma. Acto seguido, el mandatario galo insistió en que la única forma de combatir la inmigración ilegal y el tráfico de personas es una «colaboración seria» .

Londres respondió con cautela y pidió a París dar marcha atrás. «Ningún país puede hacer frente a esto solo por su cuenta. Espero que los franceses lo reconsideren. Va en nuestro interés, en el suyo y ciertamente en el de las víctimas del tráfico humano», declaró a la BBC el ministro británico de Transportes, Grant Shapps.

La carta de la discordia

En su carta, Johnson detalla cinco medidas para frenar los cruces de migrantes por el Canal y así evitar tragedias como la del miércoles, donde 27 personas murieron en un naufragio. El premier no solo insiste en su polémica propuesta de patrullas conjuntas, algo que los franceses rechazan, sino que además aboga por desplegar radares y realizar una «vigilancia aérea conjunta», incluso bajo la misma insignia.

Pero lo que desató el enfado de Francia fue que la carta se hizo pública antes de que la recibiera Macron y la insistencia de Johnson en la devolución de los migrantes, alegando que así se «reduciría significativamente el incentivo para que la gente ponga su vida en manos de los traficantes».

Pero si el conflicto migratorio no fuera suficiente, este viernes pescadores galos cumplieron su amenaza de bloquear la llegada de barcos británicos a tres puertos franceses, así como el tráfico ferroviario por el Eurotúnel, para así presionar a Londres ante su negativa de tramitar licencias para faenar en sus aguas tras el brexit.

Inmigrantes llegan este jueves al puerto inglés de Dover tras ser rescatados por la Guardia Costera britanica.
Johnson y Macron cruzan reproches por la tragedia migratoria en el canal de la Mancha
JUAN F. ALONSO

La muerte de 27 inmigrantes que intentaban alcanzar las costas británicas en las frías aguas del canal de la Mancha deteriora aún más las tensas relaciones entre el Reino Unido y Francia. El jueves, menos de 24 horas después de que se conociera el naufragio de la embarcación hinchable en la que perecieron diecisiete hombres, siete mujeres y tres niños, los Gobiernos de Boris Johnson y Emmanuel Macron estaban enfrascados en una ola de reproches, de la que la Unión Europea puede salir salpicada.

«A mi homólogo francés, el ministro [del Interior, Gérald] Darmanin, una vez más le hice una oferta clara de cooperación. Le ofrecí realizar patrullas conjuntas», afirmó la ministra Priti Patel en los Comunes. La idea de estas patrullas no agrada a París, donde la ven como una violación de su soberanía. Asimismo, recuerdan que Londres no ha cumplido aún con el pago de 65 millones de euros que les ofreció el pasado verano para apoyar la lucha contra los traficantes de personas.

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