Más de 100.000 refugiados protegerán sus pies de las lluvias y el frío en Grecia gracias a la solidaridad de los miles de vascos que el sábado donaron calzado de invierno a la asociación Zaporeak. En una recogida de récord, la oenegé guipuzcoana calcula que ha recolectado cerca de 120.000 kilos entre zapatillas y botas en todo Euskadi, que repartirá entre 10 y 12 containers que espera enviar a Lesbos la próxima semana, tras un proceso previo de clasificación por tallas que comenzó en su nave de Martutene ayer mismo. Desde las 9.00 horas hasta las 18.00 horas, una treintena de voluntarios, en dos turnos (mañana y tarde), se dedicaron a separar los zapatos en cajas. Las tallas 37-38-39 en una, 40-41-42, en otra, y así sucesivamente.

Fue una jornada «abrumadora», señalan desde la organización. Comenzaron el día «a tope», rodeados de bolsas con todo tipo de calzados, sobre todo de adulto, entre los que abundaban los pares desde el número 37 hasta el 42, las tallas más comunes en la población. Escasean, no obstante, los de niños.

Quienes se acercaron a la nave se dedicaron a coger zapatos, comprobar que están en buenas condiciones y meterlos en las cajas correspondientes, para después montar los palés, cerrarlos y etiquetarlos. Cuando lleguen los containers, serán enviados a Grecia, aunque para ello habrá que esperar a la semana que viene. Es tal la cantidad de calzado que tienen que prevén estar hasta el viernes clasificando los zapatos.

Pese a ser un trabajo «duro, merece la pena», dicen desde Zaporeak, conscientes de la «necesidad» de los refugiados de recibir este calzado, que les ayudará a no mojarse los pies y, por ende, evitar resfriados ahora que empieza la época de frío y lluvia en Grecia. Estas personas que sobreviven en los campos de refugiados llegan sin nada hasta allí, solo con lo puesto. Muchos hacen su vida en plena calle, con chancletas como las que en San Sebastián, y en todo Euskadi, se utilizan para ir a la playa o a la piscina. Por eso la asociación consideraba de extrema urgencia esta colaboración, que «ha sido un éxito. Hemos recogido mucho más de lo que pensábamos», admiten. El número de containers que se estima mandar en este ocasión es muy similar al que se envió en la recogida de ropa de abrigo de 2018.

¿Tacones? Para otra ocasión
Tras la larga jornada del sábado, cuando desde primera hora de la mañana voluntarios de Zaporeak se congregaron en diversos puntos de recogida repartidos por todo Euskadi, ayer empezó el proceso más laborioso. «Clasificar no es sencillo». Además de separar los zapatos en cajas, atando previamente cada uno de ellos con su par siempre que tengan cordones, hay que eliminar los que no sirven. «Hemos tenido que tirar varios que estaban muy viejos», admite uno de los voluntarios que pasó todo el día de ayer en Martutene. También retiran los que tienen tacones. «No son muchos, pero alguno ha aparecido. Los guardamos para dar a otras oenegés. En Grecia, con todo el barro, no son prácticos», ríe mientras cierra una caja ya completa.

Cuando tengan la mayoría de calzado clasificado, les toca contactar con la empresa de los containers, trámite que esperan hacer a final de semana para poder realizar el envío de los primeros pares la próxima semana. «Como ha ocurrido con la factura de la luz, los containers también han subido de precio. Habrá que ver por cuánto nos los venden, aunque haremos el esfuerzo. Una causa como esta siempre se merece dar lo mejor de nosotros», inciden desde Zaporeak, orgullosos de la respuesta ciudadana a la recogida.