Mafias en la frontera 1.400 euros por ir de Irun a Baiona

Cifra récord. Cuatro guineanas abonaron este dineral cada una durante la cumbre del G-7 para que un pasante las llevara hasta Baiona, donde una dio a luz al llegar

Diario Vasco, OSKAR ORTIZ DE GUINEA, 08-11-2021

«Irun no es África». Aunque pueda resultar obvio, este mensaje es «lo primero» que el grupo de voluntariado de Irungo Harrera Sarea transmite a las personas migrantes que llegan a la localidad fronteriza con el propósito de cruzar la muga. Ese «Irun no es África» significa que «aquí no es necesario pagar ningún dinero para pasar al otro lado», explica Josune Mendigutxia. «Estas personas –añade– están acostumbradas a que desde que salen de casa están obligadas a pagar por todo», ya sea para llegar a Marruecos, cruzar este país, sortear un control policial o militar, embarcar en un cayuco… Y, claro, «cuando llegan a Irun tras tanto tiempo y sufrimiento en el camino, lo hacen desesperados por llegar a Francia. Y hacen lo que sea por pasar».

«Paciencia» y «no pagar» más allá de un billete de transporte público en el que cruzar a Iparralde son las dos consignas que esta red de apoyo recalca a las personas migrantes. Sin embargo, la tentación del atajo a través de un pasante o ‘passeur’ es directamente proporcional al control que el Estado francés ejerce sobre la muga, que es férreo en la actualidad. Los pasos fronterizos se encuentran cerrados. Primero fue la excusa de la amenaza terrorista y después evitar la importación del Covid-19, pero el deseo de controlar la inmigración clandestina es evidente cuando solicitan a la UE prorrogar el vado fronterizo. Los Pirineos son el segundo acceso irregular de inmigrantes en Francia tras los Alpes italianos.

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