España ha puesto todo su empeño para movilizar a las naciones europeas y que la cumbre de Rabat sea un éxito. Para dar ejemplo, ayer Moratinos anunció una ayuda de 20 millones de euros para proyectos de infraestructuras. De éstos, 10 se gestionarán a través del Banco Europeo de Inversiones y otros 10 directamente por la Agencia Española de Cooperación.

Además, se ponen sobre la mesa otros 10 millones de euros para microcréditos. Esta última cantidad no podrá entregarse de forma efectiva hasta que no se cree una institución financiera africana, algo así como un Banco Africano para el Desarrollo, capaz de gestionar el dinero. Éste es ahora uno de los grandes retos que hay que resolver.

Los microcréditos que, en palabras del ministro de Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, permiten a la gente pobre pasar «de la oscuridad a la luz», y los beneficios fiscales para las remesas que envían los inmigrantes a sus países de origen con el objetivo de reinvertir son las dos medidas más prácticas y destacadas que incluye el Plan de Acción. España ha empezado ya a explorar la forma de facilitar el envío de remesas. Existen programas piloto con Marruecos, Ecuador y Senegal. A lo largo de 2005, los inmigrantes enviaron a Africa un total de 8.100 millones de dólares.