EL DRAMA DE LA INMIGRACION / La estrategia política
Todos los países africanos se comprometen a firmar acuerdos de readmisión de ilegales
Rubalcaba afirma en la Cumbre de Rabat que Europa no puede «asumir llegadas masivas y sin orden» Sarkozy carga contra la inmigración clandestina y alega que es «intolerable» para la Unión Europea
El Mundo, 11-07-2006RABAT.- Todos los países africanos se comprometerán hoy, según anunció ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, a suscribir acuerdos de readmisión de inmigrantes ilegales. Esta promesa aparecerá recogida en la declaración política que aprobarán en Rabat todos los socios de la Unión Europea y un total de 27 países africanos, reunidos en la primera Conferencia sobre Inmigración y Desarrollo.
Se trata de un compromiso sobre el papel que, posteriormente, tendría que ir sustanciándose con cada uno de los Estados firmantes. No hay garantías. De hecho, un buen número de países del continente negro tiene firmado distintos tipos de acuerdos de readmisión que al final no se cumplen.
El mayor aliciente que incita ahora al optimismo radica en el hecho de que los acuerdos que ahora se ofrecen son los llamados de segunda generación. Se trata de convenios que abordan el problema de la inmigración con un enfoque global, es decir, intentando poner freno a los ilegales, promocionando las cuotas de entrada y, sobre todo, proporcionando ayudas muy sustanciosas al desarrollo de las naciones de origen y tránsito de inmigrantes.
Paradigmático es el caso, por ejemplo, de Marruecos. Rabat negocia con Bruselas un acuerdo de readmisión de inmigrantes clandestinos desde hace varios años (con España tiene suscrito uno que tradicionalmente no ha cumplido). La Conferencia Euroafricana habría sido una excelente ocasión para que la firma del mismo se llevara a cabo; sin embargo, no ha sido así.
Condiciones económicas
Marruecos prefiere subirse ahora al nuevo carro de convenios que ofrece Europa porque las condiciones de los mismos, en términos de ayuda económica, son muy atractivas. Sin embargo, el ministro de Estado para Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, lo presentaba de otra manera. En su opinión, Europa no puede responsabilizar de la inmigración ilegal al último país africano por el que pasan los sin papeles. Y añadía: «Si todos los países hubieran firmado acuerdos de readmisión, Marruecos no se encontraría en la situación de dificultad que se encuentra hoy».
Pese a todo, no hay garantías de que dichos pactos se cumplan, máxime si se tiene en cuenta que muchos de ellos tendrán que ser entre los propios países africanos entre sí.
En opinión de Moratinos, lo importante de esta primera conferencia sobre inmigración es que, por fin, las naciones implicadas se acercan al problema sin cortapisas, con «un nuevo enfoque global, pragmático y operativo». En el fondo, los países europeos han llegado a Rabat dejando traslucir un miedo incontenible a las avalanchas de desesperados sin documentación. Ninguno de los participantes ha podido ocultar este temor. Desde Moratinos, que aseguraba que nos encontramos ante el «gran reto del siglo XXI», hasta el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para quien Europa «no puede asumir llegadas masivas y sin orden».
Más lejos llegó el titular de Interior francés, Nicolas Sarkozy, quien afirmó que la inmigración clandestina es «intolerable» para Europa porque «atenta contra el orden público de los países europeos y la estabilidad de sus pactos sociales». Para el mandatario francés, «la inmigración ilegal es la esclavitud del Estado moderno. El fracaso de Africa hoy, será un desastre para la Europa de mañana». Rubalcaba reclamó ayer a los países africanos que cumplan los acuerdos de readmisión, pese a que estas medidas resultan «enormemente impopulares» en sus países.
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