Irun recibe una nueva ola de migrantes recién llegados y devueltos por Francia
La red Irungo Harrera atendió ayer a más de un centenar de personas, muchas de ellas mujeres y niños, y espera a más en los próximos días
Diario Vasco, , 25-10-2021Tienen previsto que lleguen diez en el autobús de Madrid, pero nunca se sabe. «También puede que al final aparezcan treinta», dice Josune Mendigutxia, portavoz de Irungo Harrera Sarea. Contesta desde la plaza de San Juan de la localidad fronteriza, donde los voluntarios de la entidad atienden sin descanso a grupos de migrantes que han llegado en las últimas horas. Son muchos, más que otras veces. Y se esperan más.
Los del autobús de Madrid se sumaron ayer al más de un centenar de personas que desde el viernes tratan de sobrevivir en Irun mientras aguardan el momento de dar el gran salto a Francia. No lo tienen fácil. La Gendarmería ha reforzado los controles y devuelve al otro lado de la frontera a quienes logran cruzar la muga. Los que llegan para intentarlo se encuentran con los que han fracasado en el intento. La localidad es estos días un callejón sin salida en el que cada vez hay más personas en tránsito.
LA CLAVE
130 plazas hay en Irun para alojar a los migrantes, el viernes durmieron 88 en Hilanderas.
Un grupo de unos 30 esperaba ayer junto al barco que une Hondarribia con Hendaia. Miraban hacia su lugar de destino, a tan solo siete minutos de viaje, con la vaga esperanza de que los gendarmes franceses abandonaran su vigilancia. «El viernes llegó mucha gente y los que habían pasado a Francia fueron devueltos», confirma Mendigutxia, que en las últimas fechas ha sido testigo del inusual aumento de migrantes en la ciudad.
«Está difícil cruzar la frontera. Si no pueden pasar, Irun se va a llenar», advierte la red de apoyo
Miembros de Irungo Harrera Sarea atienden a migrantes. /
DE LA HERA
«Ha habido muchas devoluciones, está bastante complicado atravesar la frontera. Si no pueden pasar, Irun se va a llenar», advierte la portavoz de Irungo Harrera. Los miembros de la red de apoyo, que durante toda la jornada de ayer no dejaron de atender a los recién llegados, han acogido con sorpresa a esta nueva oleada no solo por su número sino también por su composición. «Nos ha sorprendido porque hay un flujo más grande de mujeres y también muchos niños, algunos de uno o dos meses», dice Mendigutxia. Vienen de Costa de Marfil y Guinea Conakry, donde el pasado 5 de septiembre un golpe de estado acabó con el régimen de Alpha Condé.
Alojamiento
Los migrantes que han comenzado a acumularse en Irun se alojan mayoritariamente en el refugio de Hilanderas, que coordina el Gobierno Vasco y cuya gestión tiene asignada Cruz Roja, o en el albergue de peregrinos, cedido por el Ayuntamiento. En el primero hay habilitadas 90 plazas –se ha ampliado tras el fin de la emergencia sanitaria–, pero el viernes solo ocupó 88 de ellas. «Sobró alguna plaza» y en el albergue, con otras 40, no constan pernoctaciones, indica el Ejecutivo. Mendigutxia dice en cambio que hubo «gente que se queó en la calle, por eso estamos buscando tiendas de campaña para ellos».
Un grupo de recién llegados aguarda instrucciones. /
DE LA HERA
Uno de los termómetros que utiliza Irungo Harrera Sarea para predecir la evolución de las próximas fechas es lo que ocurre en Canarias y Baleares. «Allí ha habido una entrada importante de migrantes y tarde o temprano empezarán a subir a Irun», dice la portavoz. Si no se relaja la vigilancia en la muga, estas personas se sumarán a las que ayer recibían atención en San Juan y completarán las plazas disponibles.
Malta pide al Aita Mari que se aleje de sus aguas territoriales
La situación para la tripulación del Aita Mari ha empeorado en las últimas horas, después de que las autoridades de Malta les hayan instado a alejarse de sus aguas territoriales, donde permanecen desde hace cinco días a la espera de un puerto en el que desembarcar a las 105 personas que rescataron el pasado martes en aguas maltesas al sur de Lampedusa. «Es el único sitio con las aguas más tranquilas de la zona, con olas de 1,2 metros», informaron ayer a través de las redes sociales. Y ahora se les pide que abandonen esa relativa tranquilidad.Tanto Malta como Italia les han negado en dos ocasiones la posibilidad de utilizar alguno de sus desembarcaderos. «Desatienden sus obligaciones y se niegan a colaborar en la coordinación del desembarco», denunciaron desde el Aita Mari.
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