El drama migratorio ha sacudido de nuevo la ruta fronteriza vasca. Tres personas de origen argelino fueron arrolladas ayer por un tren en Ciboure, a pocos metros de la estación de San Juan de Luz. Los vecinos despertaron con la noticia del fatal accidente ferroviario que se saldó con tres víctimas mortales y un herido grave –aunque estable–. Con esta tragedia son ya seis el número de migrantes que han fallecido en lo que va de año cuando intentaban cruzar o habían superado ya, como al parecer era este caso, la muga entre Gipuzkoa y Francia.

Los hechos tuvieron lugar pasadas las cinco de la mañana, cuando el primer tren de cercanías entre Hendaia y Baiona que cruzaba Ciboure se encontró con cuatro personas «probablemente tumbadas» en las vías, según el testimonio del conductor, que no les vio hasta el último momento. Tres de ellas murieron tras el impacto, «imposible de evitar», en palabras del fiscal de Baiona, Jérôme Bourrier, que es el encargado de la investigación. A última hora de la tarde de ayer solo una de las víctimas estaba «identificada formalmente», informó el fiscal. Un joven de Argelia de 21 años. Los otros dos fallecidos podrían tener 28 y 36 años, a falta de la confirmación oficial. La cuarta persona, que resultó herida de gravedad, fue trasladada al Hospital de Baiona, donde está ingresada con heridas graves en la pelvis y el tórax, aunque su vida no corre peligro.

Las primeras pesquisas apuntan a que todas las víctimas son de nacionalidad argelina y que habían estado previamente en España en situación irregular. Como miles de migrantes, habrían pasado por Irun –no se sabe en qué fechas– antes de iniciar su camino en Francia, en una travesía para buscar una oportunidad en Europa que sigue cobrándose víctimas.

El accidente tuvo lugar a primera hora de la mañana. La escasa iluminación de la zona, en un alto con difícil acceso desde la carretera, complicó las tareas de identificación a los policías científicos que se acercaron a las vías, donde la investigación continuó hasta bien entrada la tarde. A falta de conocer nuevos datos sobre las circunstancias del suceso y de las personas fallecidas, Bourrier adelantó que tres de los cuatro migrantes –todos eran hombres– tenían una orden de expulsión del Estado español.

Las incógnitas, en cualquier caso, son todavía numerosas. Además de las víctimas –tres fallecidos y un herido–, en el lugar de los hechos se encontró documentación de una quinta persona que el día anterior había salido de la cárcel y había sido escoltada hasta la frontera directamente desde la prisión de Mont-de-Marsan. Se trata de un hombre que había sido condenado por el tribunal de Baiona por robo con allanamiento de morada.

La Fiscalía maneja dos posibilidades. O que estuviera junto a los otros cuatro migrantes en las vías, donde «es plausible que se encontraran descansando» y que en el momento del accidente huyera, o que no tuviera ninguna relación con las víctimas y estas le robaran los papeles. «Es probable que estos documentos no pertenezcan a ninguna de las cuatro víctimas», dijo el fiscal.

«El maquinista no los ha visto y no ha podido dar la alarma»
«El maquinista no los ha visto y no ha podido dar la alarma»
Macarena Tejada / Ciboure
Según las primeras investigaciones, centradas en gran parte en el testimonio del conductor, además de en las pruebas recogidas por los policías científicos, las víctimas estaban tendidas en las vías. El tren circulaba a «92 kilómetros por hora» y, aunque frenó en cuanto el maquinista vio a los migrantes, el vehículo se detuvo unos 300 metros más adelante. Fue precisamente uno de los conductores quien atendió al herido en primer lugar, haciéndole un torniquete, antes de que llegaran los servicios de emergencia. El herido prestará declaración en cuanto se recupere, lo que permitirá esclarecer lo sucedido. Entre otras cosas, por qué estaban tumbados en las vías.

Consternación
La Fiscalía, en cualquier caso, habló en todo momento de un accidente que no podía haberse evitado, y aunque Bourrier insistió en que no puede confirmar cuánto tiempo llevaban las víctimas en Francia –podrían llevar semanas en suelo galo–, sí aseveró que habían pasado antes por España. Es decir, otra vez más se trata de migrantes en tránsito que han perdido su vida intentando llegar a algún destino en Europa.

Los cuerpos fueron evacuados al instituto forense de Burdeos para practicarles la autopsia, y proceder a su identificación oficial. Momento en el que se realizará la comunicación con sus respectivas familias.

Las claves
Jérôme Bourrier, fiscal de Baiona: «Es plausible que las víctimas estuvieran descansando en las vías del tren»

El accidente: «El tren circulaba a 92 kilómetros por hora. El impacto era imposible de evitar»

Situación irregular. Tres de las cuatro víctimas tenían una orden de expulsión del Estado español

El herido. «Sigue ingresado pero su vida no corre peligro. Se le tomará declaración cuando se recupere»

La investigación. En el lugar de los hechos se encontró documentación de una quinta persona. Pudo huir o puede ser robada

Esta tragedia despertó ayer un sentimiento de «tristeza» generalizo en Ciboure y San Juan de Luz. Los vecinos de estos pueblos colindantes se mostraban «consternados» ante la noticia del atropello. «No te imaginas que vaya a pasar algo así tan cerca de tu casa. Estos últimos meses hemos escuchado las muertes de dos jóvenes migrantes en el río (en el Bidasoa), pero no arrollados por un TER –los trenes del servicio regional galo–», se lamentaba el matrimonio formado por Marie y Jean-Paul, que residen cerca de la estación de tren de San Juan de Luz.

Estas tres muertes se suman a las de otros tres migrantes fallecidos este año en esta ruta, las anteriores en suelo guipuzcoano. Cada mes entre 400 y 500 migrantes llegan a Irun con la intención de atravesar la muga, según datos de Irungo Harrera Sarea, que esta tarde participará en la concentración «en protesta» por el «endurecimiento» de las fronteras. El perfil de los migrantes en tránsito es el de hombres jóvenes, de 16 a 30 años, la mayoría de origen subsahariano.