España se ha apoyado durante las últimas semanas en una red de confidentes en Afganistán para poder trasladar a un nuevo grupo de colaboradores afganos hacia el paso fronterizo de Torkham, cerca de la ciudad paquistaní de Peshawar, y posteriormente llevarlos a Islamabad desde donde se les traslada, en dos vuelos, a España.

A las nueve de la noche de ayer llegó el primero de esos aviones –un A400M del Ejército del Aire– a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) con 84 afganos. Hoy está previsto que otros 159 lleguen a bordo de un avión de Air Europa.

Esta cifra de ciudadanos afganos se une a los 2.206 personas, en su inmensa mayoría afganos de los cuales 1.671 eran colaboradores que trabajaron para España, que fueron rescatados en la segunda quincena de agosto cuando los talibanes se hicieron con el control político de Afganistán.
Documento para la frontera
Finalmente la segunda fase de la evacuación de colaboradores afganos se ha podido desarrollar de modo satisfactorio no sin antes solventar varios obstáculos. El principal y más problemático ha sido el de los controles talibanes realizados en la carretera que une Kabul con Torkham y en el mismo paso fronterizo.

Recorrido de los refugiados

228 km 4-5 horas

236 km 4 horas

Control

Frontera

Control

Kabul

Afganistán

Torkham

Afganistán

Peshawar

Pakistán

Islamaba

Pakistán

Fuente: Elaboración propia / ABC

«Los colaboradores afganos y sus familias portaban un documento expedido por la Embajada española en Pakistán por el cual se les permitía atravesar el citado paso, que actualmente está cerrado por el Gobierno paquistaní para evitar una avalancha de refugiados afganos. Obviamente, en alguna ocasión ha habido que realizar pagos para poder transitar por la citada carretera y pasar el lado afgano de la frontera», indican fuentes conocedoras de este operativo sin especificar importes.

El trayecto de 230 kilómetros desde los puntos de encuentro en Kabul hasta el paso de Torkham se realizaba en unas cinco horas. Mientras que el tiempo empleado hasta llegar desde el paso fronterizo a Islamabad era de unas cuatro horas (otros 236 kilómetros).

Ya en territorio paquistaní el operativo podía respirar algo más tranquilo gracias a los acuerdos alcanzados con el Gobierno local que propició que personal de Exteriores y de Defensa pudieran trasladarse hasta este país asiático para llevar a cabo tareas de identificación y filiación de los 243 ciudadanos afganos evacuados, colaboradores del Ejército español y familiares en su mayoría que no pudieron ser sacados de Kabul en agosto.

En todo este engranaje ha resultado clave la labor del embajador español en Pakistán, Manuel Durán Giménez-Rico
Fuentes militares informan a ABC que esta segunda fase de la evacuación de colaboradores afganos no está aún acabada y podrían fletarse otros aviones si fuera necesario.

En toda este engranaje ha resultado clave la labor del embajador español en Pakistán, Manuel Durán Giménez-Rico, quien ha asegurado el apoyo de las autoridades locales.

Además, el viaje del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a Islamabad el pasado 10 de septiembre ayudó a impulsar las negociaciones para que esta misión pudiera realizarse. En ese día Albares se reunió con el primer ministro paquistaní, Imran Khan, con el titular de Exteriores, Shah Mahmud Qureshi, y con el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Qamar Javed Bajwa. Era la primera vez en 70 años de relaciones diplomáticas que un ministro español viajaba a Pakistán, según informó Exteriores.

Llegada del primer avión
Los primeros colaboradores afganos y sus familias de esta segunda fase de la evacuación pisaron territorio español ayer a las nueve en punto de la noche tras desembarcar del A400M del Ejército del Aire.

En el avión viajaron 84 ciudadanos afganos, que entre el sábado y el domingo cruzaron la frontera a Pakistán. Un total de 45 mujeres y 39 hombres, de los cuales 35 eran niños y niñas menores de 16 años, que forman 14 familias. Fueron recibidos a pie de pista por la ministra Robles y los ministros Albares y José Luis Escrivá (Inclusión).

Robles llegó a la base aérea pasadas las ocho de la tarde para supervisar el despliegue con el que se ha recibido a los refugiados afganos. Se desplazó a Torrejón acompañada por un refugiado afgano que pudo venir en agosto con la mayoría de su familia. Solo una hija se quedó en Afganistán, que llegó anoche a Madrid.

Fuentes gubernamentales aseguraron a este periódico que el inicio de esta segunda fase fue muy complicado. Los dos aviones A400M ya estaban en Pakistán el viernes, pero al ser festivo allí, todo se ralentizó. Además, varias familias tuvieron dificultades para cruzar la frontera, donde les esperaba el personal de embajada de España en Islamabad.