Hafsa Fenehara es marroquí. Llegó a Azkoitia siendo muy pequeñita por lo que se reconoce como «una marroquí azkoitiarra». Nimra Ghazanfar es paquistaní. Llegó a Azpeitia (Loiola) en 2014 desde Haro (La Rioja), donde residía con anterioridad. Ambas estudian cuarto curso de Derecho. La vocación por llegar a ser abogadas y su condición de inmigrantes les ha unido para ayudar y resolver las enormes dificultades burocráticas que se encuentran todas aquellas personas que llegan de diferentes partes del mundo. Para ello, han abierto una copistería en la plaza Valentina Agirre que más tarde quieren convertir en asesoría «para ayudar y guiar en diferentes papeleos a los que lo necesiten».

Organizado por Elkar-ekin, ambas darán una charla el miércoles en el Palacio Basazabal sobre «los inmigrantes y la integración» y explicarán las dificultades que tienen estas personas para comenzar una nueva vida, buscar trabajo y conseguir los papeles necesarios para ello. «Los inmigrantes sabemos lo difícil que es hacerse un hueco en una sociedad y una cultura diferente. Nadie comprende lo difícil que es para alguien recién llegado hacer cualquier cosa, un simple papeleo». Por ello, más que a la gente de fuera, animan a los azpeitiarras a acercarse a la conferencia y conocer de primera mano esta realidad. Y lo harán tanto en euskera como en castellano, porque Hafsa, como buena azkoitiarra, se dirigirá al público en euskera. Nimra lo hará en erdera, «pero sin traducciones porque queremos que sea todo muy fluido», adelantan. La cita será a las 19.00 del miércoles, día 6, en el Palacio Basazabal.

–¿Cuál es el objetivo de esta charla?

–Nimra: Queremos que la gente se acerque a la postura de un inmigrante, a las dificultades con las que se encuentra cuando llega aquí. Las dificultades culturales, religiosas, morales que tiene que afrontar. No es fácil porque tienen que dejar sus países para comenzar una vida pero cuando llegan también deben hacer frente al racismo. Nadie comprende las dificultades que hay detrás para hacer cualquier cosa.

–Hafsa: El objetivo de cualquier inmigrante que llega tanto a Azpeitia como a cualquier otro lugar al contrario de lo que se piensa no es robar. Un inmigrante viene a estudiar, a trabajar y a mejorar su vida. Un inmigrante que trabaja aporta al estado; un estudiante también lo hará en un futuro. En definitiva, un inmigrante no viene a quitar sino a aportar.

–¿Cuáles son las dificultades con las que se encuentran nada más llegar?

–Hafsa: Creo la primera dificultada es el idioma. Una persona recién llegada puede no entender euskera pero si el personal se le acerca sin prejuicios, con amabilidad, creo que es fácil entenderse.

–Nimra: Muchas veces, vas a hacer alguna gestión y no te atienden de la misma forma que lo harían a lo mejor con una persona que es nacional.

– Además del problema que supone el idioma, en la charla tratarán sobre qué pasos y cómo darlos para agilizar ciertos trámites.

–Hafsa: Más que dificultades para el inmigrante, que también, queremos tratar sobre cómo se deberían agilizar los trámites para su integración.

–Nimra: El padrón, por ejemplo, sirve para computar el número de habitantes de un pueblo. Las ayudas van dirigidas exclusivamente a ese número de habitantes. Si vas a una administración necesitas, sí o sí, estar empadronado. En caso contrario, nadie te atiende ni te facilita ningún tipo de ayuda. Es como si no existieras. Para cualquier cosa necesitas tal o cual documento pero nadie te dice: «lo puedes hacer en este sitio o aquel». No hay un acercamiento por parte del Estado para que te aconseje sobre qué hacer y al no darles esa opción, la gente acude a chanchullos o a ilegalidades como en el caso de los alquileres, por ejemplo.

–Hafsa: En algunos pueblos por ejemplo, el Ayuntamiento ha adecuado varios lugares para que la gente que llega pueda quedarse en ese sitio y se les empadrona ahí para que pueda empezar una nueva vida.

«El mayor problema para alguien recién llegado es conseguir el empadronamiento en esa localidad»
HAFSA

«Las instituciones no dan regalos a los inmigrantes y si los dan es porque verdaderamente lo necesitan»
NIMRA

– ¿Cómo creen que es Azpeitia con lo inmigrantes?

–Hafsa: El mayor problema creo que es el tema del empadronamiento. Veo mucho ‘chanchullo’, gente muy desesperada por tener un empadronamiento porque es lo único que les permite legalizar su situación, trabajar, estudiar, etc.

–Nimra: Aparte de lo que es el padrón, moralmente creo que también hay otras dificultades como el respeto a otra religión. No es algo que se acepte. Nos hace falta visualizar lo diferente. Yo tuve una entrevista de trabajo aquí en Azpeitia para trabajar de cara al público. Pese a que les gustaba mi perfil y era apta para el trabajo, me dijeron que tendría que quitarme el pañuelo, y dije que no.

– En su caso concreto, ¿cuál es la situación más difícil con la que se han encontrado?

–Hafsa: Creo que soy privilegiada en ese aspecto porque sé de gente que lo ha pasado fatal y no es mi caso pero pienso que lo más difícil es la integración en los colegios porque los adolescentes de aquí son un círculo muy cerrado. Es muy difícil que un niño ‘diferente’ se sienta cómodo.

–Nimra: He sido víctima de ciberbullyng pero eso mismo me ha hecho madurar.

– ¿Qué es lo que cambiarían?

–Nimra: La ayuda por parte de los profesores a esos niños que se sienten diferentes. Creo que deberían ayudar más. En mi caso la experiencia no ha sido positiva.

–Hafsa: Más visibilidad hacia lo diferente. La diversidad es riqueza, no empobrece al pueblo, sino lo contrario.

– ¿Qué piensan de comentarios como «solo hay ayudas para los extranjeros»?

–Hafsa: Las ayudas son para todo el mundo. No van dirigidas a los extranjeros. Si los requisitos los cumple un foráneo o un extranjero, las ayudas se dan por igual. Un extranjero, quizás, por la necesidad que tiene, se anima a pedir esa ayuda. Un vasco puede tener soporte familiar aunque no tenga ingresos y no se lanza a solicitar ayudas.

–Nimra: Uno de los requisitos es no tener bienes en el país de origen. Aquí hay mucha tradición de tener bienes en propiedad, una cuenta de banco, etc. Además, en general, los extranjeros son más pobres. Las instituciones no dan regalos a los inmigrantes y si los dan es porque verdaderamente lo necesitan.