Europa y África buscan en Rabat soluciones a la emigración clandestina
ABC, 10-07-2006LUIS DE VEGA. CORRESPONSAL
RABAT.Rabat acoge hoy y mañana la cumbre sobre emigración y desarrollo que por primera vez sienta en la misma mesa a 57 países, 27 africanos y 30 europeos. El telón de fondo será la llegada a España de cayucos cargados de emigrantes clandestinos y la crisis de las vallas de Ceuta y Melilla, reactivada con el asalto en el que murieron tres subsaharianos la semana pasada.
La reunión, a iniciativa de Marruecos y España, parte de un plan de acción perfilado el pasado 5 de junio en Dakar para buscar soluciones a lo que todos consideran una situación de emergencia. Se trata de abordar en común un problema que afecta a los países emisores, de tránsito y de destino de los emigrantes. Eso sí, insisten, «respetando plenamente la dignidad y los derechos fundamentales de los emigrantes», algo que ha sido puesto en duda en una conferencia previa celebrada en las afueras de Rabat por decenas de ONG de los dos continentes.
El plan tratará de promover iniciativas que favorezcan el desarrollo de la economía y el comercio en las zonas más sensibles del continente así como mejorar la formación de las generaciones futuras e intentar evitar la fuga de cerebros. Paralelamente se plantean el reforzamiento de los cauces legales de emigración, la integración en los países de destino y mayor facilidad para la circulación de estudiantes, deportistas, hombres de negocio, artistas, profesores o comerciantes.
Posiciones críticas
El documento incide también, y aquí es donde llegan las críticas por parte de los colectivos que desconfían de la celebración de la cumbre, en nuevas medidas para combatir la emigración clandestina. El plan de Dakar prevé más financiación para retornos voluntarios, acuerdos de readmisión o planes de inserción para los inmigrantes repatriados. Asimismo se plantea el reforzamiento del control fronterizo en los países de origen y de tránsito y la cooperación en materia judicial y policial. Finalmente está prevista la creación de un observatorio Euro – africano que estudie los flujos migratorios.
En definitiva, Europa intentará hacer ver a África la necesidad de controlar la salida de sus ciudadanos y los países africanos procurarán por su parte hacer ver a los europeos que no pueden centrar sus esfuerzos únicamente en el diseño de medidas de seguridad. A pesar de todo, la cumbre de Rabat «no será una conferencia de donantes», como aclaró hace unos días a la prensa el embajador español en Marruecos, Luis Planas.
Coincidiendo con el incremento de la llegada de cayucos desde Senegal y Mauritania a las islas Canarias, Madrid ha puesto en marcha una ofensiva diplomática por la que pretende estar más presente en algunos de los países considerados claves para controlar los flujos migratorios.
España ha puesto toda la carne en el asador para que todas las partes afectadas estén presentes hoy en la capital marroquí. Los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, encabezan la delegación española. La cumbre nace sin embargo coja por la ausencia de Argelia, pilar indispensable en cualquier debate que se quiera abrir en materia migratoria entre Europa y África.
Negativa de Argelia
Los esfuerzos diplomáticos al más alto nivel, sobre todo de Madrid, no han hecho cambiar de posición al Presidente Abdelaziz Buteflika. Argelinos y marroquíes están enfrentados por el conflicto del Sahara Occidental. «La emigración clandestina no puede tratarse fuera de la Unión Africana» (UA), aseguró hace semanas el argelino Abdelkader Messahel, ministro delegado de Asuntos Exteriores encargado del Magreb y África. Marruecos abandonó la UA hace más de dos décadas, cuando este organismo aceptó como miembro de pleno derecho a la República Árabe Saharaui Democrática.
Madrid y Rabat han intentado restar importancia a la ausencia de Argelia, a pesar de ser uno de los principales territorios de tránsito para los emigrantes clandestinos que desean llegar a Europa.
En la cumbre paralela celebrada hace unos días en Temara, a las afueras de Rabat, las ONG lanzaron una advertencia a los gobernantes que hoy y mañana se reúnen en la capital marroquí. «Hay que poner fin a la ideología securitaria y represiva que orienta hoy las políticas migratorias a criminalizar la emigración», así como evitar «toda ley racista, xenófoba y discriminatoria». Esta tarde intentarán de nuevo hacer oír sus voces con una manifestación ante el Parlamento marroquí para protestar por lo que han llegado a calificar de «guerra contra los emigrantes».
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