MUNDIAL 2006 La trayectoria de Zidane / LIBRE DIRECTO

El hijo del pastor regresa a casa

El Mundo, 10-07-2006

El que ha dejado huérfanos no solamente a los franceses de todas confesiones sino también a la importante comunidad magrebí en Francia se va con todos los honores, a pesar de su brote de genio salvaje anoche en la prórroga: le lloran sus fans, los de la República Francesa y, especialmente, los de sus gentes. No es porque Zidane, el francés de origen argelino, el amazigh (bereber) de La Castellane, el barrio pobre de la periferia marsellesa, haya hecho algo trascendental para apoyar la necesaria integración de sus correligionarios en la sociedad gala. A la timidez del hijo de Smail Zidane, un pastor argelino que emigró a Francia a principios de los años cincuenta, se une una gran indiferencia hacia la política; el activismo y las preferencias ideológicas abiertamente reivindicadas no forman parte de la personalidad del futbolista. No es que no tenga ideas ni opiniones, es que nunca las revela.


Cuando Argelia estaba sumergida en la Guerra Civil, el astro del fútbol se abstuvo de dar su opinión sobre el islamismo, la guerra sucia o la llamada Reconciliación Nacional. Y el año pasado, cuando ardieron los barrios periféricos de las urbes francesas, habitadas mayoritariamente por una población étnicamente cercana a él, Zidane no dijo nada. Además, aseguran sus allegados, que aunque lo quisiera, ¿qué podría decir o hacer Zidane frente a la situación social de los millones de magrebíes hundidos en la marginalidad, el racismo y el paro? Nada, o muy poco. Es por eso que para muchos de sus correligionarios, lo mejor que hace el futbolista Zidane es jugar al fútbol y vencer.


Cada gol que marca, cada partido que hace ganar a la selección gala son potentes bofetadas asestadas a los políticos franceses que han hecho de la lucha contra la inmigración (ilegal pero también legal) su tema de predilección. El árabe Zidane (equivalente al moro español), cuyos hermanos son diariamente vilipendiados por los Jean Marie Le Pen, Philippe De Villiers y otros especímenes extremistas, es el que llevó al mítico equipo cosmopolita Black, Blanc, Beur (Negro, blanco, árabe, en alusión a los tres colores de la bandera francesa) a la victoria final en el Mundial de 1998.


Y cuando hace unos días Zidane clasificó a su equipo barriendo al Brasil, 500.000 franceses, muchos de ellos negros y magrebíes, ocuparon literalmente los Campos Elíseos, gritando al ministro de Interior Nicolas Sarkozy, que en 2005 había tachado de racaille (chusma) a los habitantes de los barrios periféricos. Aunque seguramente él no lo ve así, Zidane es la personificación de la fracción arabo – musulmana de la población francesa que aspira a una vida mejor. En todo caso, así lo ven sus compatriotas musulmanes.Cuando hace unos años una revista le preguntó sobre lo primero que iba a hacer el día que colgara sus botas, Zinedine Zidane respondió sin pensarlo mucho: «Viajaré con papá a Argelia e iremos allí donde guardaba las ovejas ».

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