Denuncian la desatención de un migrante en Irun tras ser operado cuatro veces
Ibrahima, de 19 años, llegó el viernes a la muga con una lesión, recibió el alta el martes y hasta ayer no fue acogido en un recurso público, según revela Irungo Harrera Sarea
Diario Vasco, , 10-09-2021Durante más de 24 horas, nadie supo del paradero de Ibrahima. Necesitaba reposo para proseguir con el posoperatorio de las cuatro intervenciones quirúrgicas a las que se le sometió en el Hospital de Bidasoa entre la madrugada del sábado pasado y el domingo. Pero este guineano de 19 años que llegó el viernes por la noche a Irun ha tenido de todo menos reposo desde que el martes por la noche, tras recibir el alta, en el recurso de Hilanderas le mandaron a otro sitio que estaba cerrado, hasta que en la madrugada de ayer la Policía Nacional lo devolvió al centro sanitario. Irungo Harrera Sarea recalca que la atención del personal del hospital ha sido «excepcional» y achaca la «desatención» a Cruz Roja, institución que tiene asignada la gestión de Hilanderas, donde no le permitieron dormir.
La odisea de Ibrahima comenzó el viernes por la noche. O antes, porque llegó a Irun tras siete horas de pie en un autobús desde Madrid, dado que un prolapso rectal le impedía sentarse. Como hacen cada noche, voluntarios de Irungo Harrera lo recibieron en la estación y lo acompañaron, «a pie porque su problema le impedía ir en coche», a Hilanderas.
Según la red de acogida, Ibrahima entró en este recurso para migrantes en tránsito, pero al rato debió abandonarlo dado que lleva más de un año en territorio español, por lo que legalmente ya no se encuentra en tránsito. Era «la una de la madrugada» y en el exterior permanecían voluntarios de Irungo Harrera. «Nos enseñó un vídeo de su infección y, aunque no somos médicos, se vio claro que requería atención médica. Pedimos al personal de Cruz Roja que llamaran a una ambulancia, pero nos dijeron que no podían hacerlo. Llamamos nosotros», explica Josune Mendigutxia, una de las portavoces del grupo de acogida.
De madrugada, al hospital
Un vehículo asistencial trasladó al migrante al hospital comarcal, donde lo operaron «a la media hora», sostienen los voluntarios. Dado el grave cuadro hemorroideo, el sábado le intervinieron dos veces y el domingo pasó una cuarta por el quirófano. El lunes y el martes hasta media tarde, Ibrahima permaneció ingresado en planta. Los médicos consideraron que le podían dar el alta hospitalaria, pero no la domiciliaria, dado que requeriría reposo e higiene constante. Según ha podido saber este periódico, los servicios sociales del hospital contactaron con Hilanderas para que el migrante pudiera continuar allí con el postoperatorio, y el día 26 debería pasar consulta.
Hasta ese momento, Irungo Harrera Sarea se había responsabilizado como «el único referente» de Ibrahima en Euskadi, por lo que, «por humanidad», Mendigutxia tuvo acceso a su evolución médica aun no siendo familia directa. El centro se ofreció a disponer una ambulancia, pero la propia voluntaria consideró que «no era necesario movilizar una solo para un traslado así». Ella misma se ocuparía. Al subir a la habitación, se topó con Ibrahima «tirado boca abajo en el suelo de dolor. Le dieron algo para el dolor en vena», y lo llevó a Hilanderas «sobre las 19.30 horas» vestido con el pijama de Osakidetza. Al poco se le perdió la pista.
La alarma saltó el miércoles por la mañana, cuando desde el hospital se pusieron en contacto con este recurso, donde aseguraron que Ibrahima no había dormido en él al no darse «los requisitos». Esa misma mañana, fuentes de Cruz Roja aseguraron a este periódico que Ibrahima «está en un recurso de Diputación. Necesitaba unos cuidados que no podíamos ofrecerle aquí, y ayer hablamos con Bienestar Social». Sin embargo, dos horas después, fuentes forales desmintieron este hecho. «No hemos hablado con nadie ni de Hilanderas ni de Cruz Roja». Es más, Ibrahima «no está en ninguno de nuestros centros». Desde el Ayuntamiento de Irun también confirmaron que no se encontraba «en ninguno» de los dos recursos con los que cuenta para casos de emergencia, el centro de acogida nocturna de Zubia y el albergue de peregrinos.
Por la tarde, una responsable de Cruz Roja volvió a asegurar a este periódico que Ibrahima se encontraba «en un recurso público» al que la víspera le habían «acompañado», pero «por la ley de privacidad de datos» no podían desvelar dónde.
Aparece Ibrahima
El miércoles por la noche, un taxista aseguró que la víspera, entre las 21.30 y 22.00 horas, fue requerido en Hilanderas. Ahí se encontró a «un migrante con la dirección de Zubia en la mano». Estaba «solo» y le pagó «con su dinero». Era Ibrahima, que al llegar al centro de acogida nocturna se topó con la puerta cerrada. Según la web del centro, el horario de entrada es de 21.00 a 22.00 horas. Dado su estado, el taxista esperó «un poco», le vio llamar a la puerta varias veces, pero al llegar al lugar otro migrante, se fue.
Viernes 3
Ibrahima llega a Irun: En la estación lo recibe esa noche Irungo Harrera Sarea y lo traslada al recurso de Hilanderas.
Al hospital: Al no ser admitido en el centro y presentar una grave infección anal, los voluntarios, ya de madrugada, deciden llevarlo al Hospital del Bidasoa.
Operado: Esa misma madrugada es intervenido.
Sábado 4 y domingo 5
Tres veces en quirófano: El sábado le operan en dos ocasiones más y el domingo, una cuarta.
Martes 7
Alta hospitalaria: Por la tarde, Ibrahima es evacuado por Irungo Harrera a Hilanderas para seguir su convalecencia.
En la calle: Esa noche le instan en este recurso a ir en taxi al centro municipal Zubia. La puerta está ya cerrada y queda en la calle. Se le pierde la pista.
Miércoles 8
Detenido: Esa madrugada intenta cruzar la muga tres veces. No lo logra, le roban y acaba arrestado por la Policía Nacional. Durante todo el día, nadie más sabe dónde está.
Al hospital: Dado su estado, esa noche los agentes lo llevan al centro sanitario del Bidasoa.
Jueves 9 (ayer)
Trasladado a un recurso: Por la mañana lo llevan a Zubia.
Ayer jueves, según pudo saber este periódico, Ibrahima fue trasladado a Zubia, aunque las fuentes consultadas no desvelaron dónde había estado hasta entonces. Por la tarde, dos voluntarias de Irungo Harrera acudieron a este centro y encontraron al guineano «con dolores y sin medicación». Le compraron «nolotil y paracetamol» y escucharon el relato de su peripecia: La noche del martes al miércoles, al encontrarse cerrado Zubia, Ibrahima decide cruzar la muga. Lo intenta tres veces pero los gendarmes le salen al paso en el puente de Santiago. Durante esa madrugada un hombre le asalta, él no está en condiciones de defenderse y le roba el dinero que llevaba. La Policía Nacional encuentra a Ibrahim en la calle y lo detiene. Esposado, lo traslada a comisaría. Ante el problema de salud del guineano, la noche del miércoles los agentes lo llevan otra vez al hospital, donde es atendido y finalmente, ayer, trasladado al recurso de Zubia.
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