Grecia teme que en un mes medio millón de afganos intentará entrar en Europa

El Gobierno heleno rechaza que el país se convierta de nuevo en la puerta entrada de inmigrantes ilegales

ABC, Begoña Castiella, 29-08-2021

La lista de solicitantes de asilo en Grecia es larga, como larga la de los nombres afganos: esta nacionalidad lleva mucho tiempo siendo mayoritaria en los centros de acogida donde ya no hay casi sirios, sino otras muchas nacionalidades y abundan los africanos. Pero a los afganos las autoridades griegas tienden a ponerles juntos y no con otros musulmanes, ya que las peleas entre jóvenes afganos y sirios, palestinos, kurdos o pakistaníes son constantes.

Este año entraron en Grecia (con datos de Acnur hasta el 22 de Agosto) un total de 5.124 personas, comparado con los 9.714 el año pasado, casi 60.000 en 2019 y más de 800.000 en 2015. Este año el 45,3% proviene de Afganistán, seguidos por Somalia y Congo, mientras que solo el 5,8% es sirio.

En el campamento de Malakasa, a menos de una hora de Atenas, hay ahora dos grandes grupos. El primero está en el denominado Malacasa 1, oficialmente 1.500 personas con otras 300 aún no registradas y el 90% afgano, mientras que el 10% es iraní. En el segundo grupo, Malacasa 2, hay unas 900 personas de muchas nacionalidades, que fueron llegando durante el confinamiento. En este segundo grupo son pocos los afganos.

Todo Malacasa depende ahora del Ministerio de Migración y tiene un director griego, Jarlálambos (Járis) Jrístu. Él fue quien dirigió con eficacia la evacuación de todos sus residentes durante los grandes incendios, llevándolos a todos a otro campamento, el de Ritsona. El fuego no llegó y todo el mundo regresó sin problemas. En el caso de Malacasa 1, a sus «casas», unidades prefabricadas donde cada familia se organiza y cocina. En Malacasa 2, donde aún no han llegado estas unidades, están en enormes tiendas divididas en su interior por unidades familiares. Ahora ya no hay el desorden que había en años anteriores en los que los solicitantes de asilo y otros inmigrantes entraban y salían como y cuando querían: un muro de tres metros rodea el campamento, la entrada es pequeña y se controlan los nombres. Y una vez al mes se verifica quien está en cada casa: si no se está presente, se ralla el nombre de la lista y ya no recibirá el dinero mensual. Porque muchos desaparecen para continuar su viaje a otro país europeo con un documento robado o comprado, por avión. O por mar, para llegar a la costa italiana. O por las montañas para seguir su camino hacia el centro de Europa y llegar hasta Alemania.

Los que se quedaron atrás

Pablo Fernández, de la ONG Remar, la organización que lleva más de seis años ayudando en Malacasa, declara a ABC que el ambiente es de preocupación. «Preocupación por lo que pasa en su patria, por sus familias». Solo una minoría se muestra satisfecha de que se retiren las tropas extranjeras pero no considera volver. Y tampoco quedarse, aunque se les conceda asilo. Afroditi, una asistente social que trata con afganos confirma que la gran mayoría con familia espera años en conseguir la decisión de asilo (si es denegada pueden apelar). Y ya con documentos legales, tienen derecho a viajar por Europa tres meses. El resultado es que acuden a un país donde se encuentra algún miembro de su familia y… no regresan a Grecia. «Pocos quieren quedarse aquí ya legalmente. Estudian otros idiomas y aunque los hijos van a la escuela, saben que se irán».

La situación de los inmigrantes ilegales en Grecia ha cambiado notablemente con el Gobierno de Kiriakos Mitsotakis. Se están reduciendo los campamentos en todo el país (menos de 30) y el número de migrantes que hay en los centros de acogida de las islas del Egeo es ahora menor de 7.000. Más de 4.000 refugiados y solicitantes de asilo han viajado a otros países de la UE desde abril 2020. Pero la preocupación de las autoridades, viendo la situación en Afganistán, es creciente: se considera que en un mes, máximo mes y medio, habrá medio millón de afganos intentando entrar en Europa. Y Notis Mitarakis, el ministro de Migración y Asilo, ha declarado ahora que Grecia no será «la entrada a Europa para migrantes ilegales afganos». Un vocabulario alejado de palabras como refugiados en peligro. Y los ministros de Protección Ciudadana, Mijalis Jrisojoídis; y Defensa, Nikos Panayotópulos, visitaron la frontera con Turquía hace unos días, donde se está terminando una enorme valla y hay policía y ejército así como nuevos medios digitales para controlar cualquier intento de entrada ilegal en el país.

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