Polonia rechaza la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Ha pedido que suministre «a todos los solicitantes de asilo alimentos, agua, ropa, cuidados médicos apropiados y si es posible albergues temporales», pero Varsovia entiende que prestar esa ayuda sería claudicar

ABC, Rosalía Sánchez, 27-08-2021

Polonia está dispuesta a seguir enviando paquetes de ayuda humanitaria a los refugiados en suelo bielorruso, paquetes que hasta ahora son rechazados por las autoridades de Minsk, pero no atenderá a los refugiados atrapados en la frontera, tal como demanda el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El primer ministro polaco, Marusz Morawiecki, ha explicado que «en primer lugar, estamos obligados a cuidar nuestra frontera (…) para que los inmigrantes ilegales no puedan ingresar a territorio de la Unión Europea». Se trata de un grupo de cerca de ochenta personas, una pequeña parte de los miles que llegan desde Pakistán en avión hasta Minsk y que desde allí son dirigidos por bielorrusos hasta la frontera con Polonia. En el caso de este grupo, fueron interceptados antes de entrar, pero los soldados bielorrusos no les permiten retroceder, por lo que llevan cerca de dos semanas bloqueados. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos exigió ayer al Gobierno polaco y también al Gobierno de Letonia que suministre «a todos los solicitantes de asilo alimentos, agua, ropa, cuidados médicos apropiados y si es posible albergues temporales», pero Varsovia entiende que prestar esa ayuda sería claudicar ante lo que Morawiecki ha calificado de «guerra Híbrida» declarada por Lukaschenko.

Los inmigrantes que mediante la ONG Ocalenie (Socorro) acudieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos son un grupo de 32 afganos y 41 kurdos iraquíes. Especialmente grave es el caso de una mujer de 52 años que, según la portavoz de Ocaleine, Kalina Czarnog, «necesita atención médica urgente y tememos por su vida». Según la fundación, la mujer sufre problemas respiratorios y nefríticos. Su imagen recorre las redes sociales convertida en el rostro de un fenómeno migratorio para el que la UE no tiene respuesta. Miles de inmigrantes han atravesado en los últimos meses la frontera de Bielorrusia hacia países europeos, en lo que desde Europa se percibe como una represalia del gobierno de Minks por las sanciones impuestas por el bloque.

Los jefes de gobierno de Polonia, Estonia, Letonia y Lituania han denunciado conjuntamente que se trata de un flujo migratorio «planificado y sistemáticamente organizado» por el Gobierno bielorruso y se afanan en el levantamiento de vallas fronterizas para contenerlo, mientras que la frontera se ha convertido en un escaparate mediático en el que los activistas, que no pueden llegar hasta los refugiados atrapados entre los dos ejércitos, se comunican con ellos por megáfonos y a través de pancartas. «El tiempo es cada día más lluvioso y frío, hacemos un llamamiento al gobierno para que tome decisiones al más alto nivel para salvar a estas personas», insiste Czarnog. Pero Varsovia repite por su parte que esas personas se encuentran en territorio bielorruso y que el gobierno de Minsk es el único responsable de la situación.

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