La Guardia Civil interceptó ayer un cayuco en el sur de Tenerife en el que viajaban 49 inmigrantes, tres de ellos ya muertos y otros cinco, uno de ellos grave, mostraban diferentes lesiones por las que tuvieron que ser trasladados a centros hospitalarios de la isla. La embarcación llegó al puerto de Los Cristianos, en el municipio de Arona, sobre las nueve de la mañana remolcada por patrulleras del instituto armado y de Salvamento Marítimo. Una vez atracado, los servicios sanitarios sólo pudieron confirmar el fallecimiento de tres de los ocupantes, todos ellos varones.

La Policía Nacional ha abierto una investigación para determinar el motivo de las muertes. Hasta ahora, queda descartado cualquier móvil violento, ya que ninguno presentaba signos en este sentido. En cuanto a los heridos, un portavoz del servicio del 112 informó de que el más grave fue trasladado al Hospital Univesitario de Nuestra Señora de La Candelaria con acusados síntomas de hipotensión. Otros dos de los afectados ingresaron en el mismo centro al presentar traumatismos en el rostro y las muñecas.

Los otros dos heridos, evacuados al Hospital Universitario de Canarias, sufrían una lesión en el tobillo y una hipotermia de carácter leve. El resto de indocumentados permanecerán 48 horas como máximo en la comisaría de Playa de las Américas, hasta que se tramite su traslado a un centro de retención de extranjeros. A este medio centenar de inmigrantes interceptados en un cayuco en Tenerife se unieron ayer un total de 112 extranjeros irregulares, rescatados de noche por el buque hospital Esperanza del Mar. El grupo se dirigía en una embarcación con rumbo a Gran Canaria.

De 30 metros de eslora

La barcaza, de unos 30 metros de eslora, fue avistada cuando se encontraba a 300 millas al sur de la isla por un barco de bandera griega, que dio la voz de alarma. Tras la llamada, el Centro Coordinador de Salvamento Marítimo de Las Palmas avisó al remolcador Punta Salinas y al buque hospital Esperanza del Mar, que se encontraba cerca de la zona.

Según fuentes de Salvamento Marítimo, todos los inmigrantes son varones adultos de origen subsahariano y estaba previsto que llegaran a puerto canario alrededor de media noche, si bien, a última hora de ayer se desconocía su destino. La embarcación es una de las más grandes y de mayor capacidad hallada hasta el momento cerca de estas costas.

También dirección a Canarias, una patrulla de la Guardia Civil rescató ayer, a unas 35 millas de Nuadibú (Mauritania), a 41 inmigrantes y a un reportero de televisión que viajaban en un cayuco hacia las islas. Al parecer, el periodista, que hacía un reportaje para un canal autonómico, pidió durante la mañana auxilio a través de un teléfono satélite. El rescate se produjo a primera hora de la tarde.

Estas últimas detenciones se suman a la larga lista de ‘ilegales’ interceptados durante el primer semestre de este año. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, cifró ayer en 13.000 las personas que han llegado de manera clandestina en cayucos a las costas canarias, una cifra que ha comenzado a descender en junio gracias a la cooperación con Mauritania. «Ahora nos enfrentamos a una nueva forma de viajar, que no son las pateras, y que estamos abordando». Para ello, abogó por la colaboración de los países de origen como herramienta con la que frenar estos flujos con contundencia. El próximo tratado de ayuda conjunta «se está cerrando ya con Senegal», desveló Rumí.

Por otro lado, Amnistía Internacional (AI) solicitó ayer «una investigación rigurosa» que aclare el fallecimiento esta semana de tres inmigrantes en las proximidades del perímetro fronterizo de Melilla. Asimismo, presentó un informe sobre una misión en Canarias que revela que «los derechos de los extranjeros siguen siendo vulnerados en las islas».

AI valoró la atención que se presta a los indocumentados en los rescates marítimos, en la primera acogida en la playa y en el centro de acogida Hoya Fría (Tenerife). Sin embargo, criticó los acuerdos de readmisión con países africanos al considerar que no se controla que no se violen sus derechos durante el trayecto de repatriación.