Airbnb ofrecerá sus alojamientos en todo el mundo para acoger a hasta 20.000 refugiados afganos. Así lo ha anunciado este martes su fundador y director ejecutivo, Brian Chesky, en una misión que sufragará la propia plataforma digital y se llevará a cabo gracias a los huéspedes que voluntariamente ofrezcan sus casas.

Con ello, la compañía busca aportar su grano de arena para mitigar el impacto de la crisis política, social y humanitaria que ha desencadenado en Afganistán el regreso al poder de los talibanes después de la retirada militar de los Estados Unidos y sus aliados.

“Es una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo”, ha explicado Chesky. “Sentimos la responsabilidad de dar un paso al frente”. Para ello, Airbnb ha señalado que ya está colaborando con organizaciones no gubernamentales “en el terreno” y que lo hará con las agencias de reasentamiento para que miles de personas puedan “empezar un nuevo capítulo de sus vidas”.

Washington aseguró el lunes que en los últimos días ha rescatado a unas 48.000 personas, pero muchas siguen atrapadas en un país del que intentan huir a la desesperada. Los talibanes han dado hasta el 31 de agosto como fecha límite para que los aliados puedan evacuar a su personal a través del aeropuerto de Kabul.

Alojamiento en tiempos de crisis

Aunque se pagará con los fondos de la propia compañía, Airbnb no ha dado aún detalles sobre qué presupuesto pretenden destinar a la acogida de refugiados y durante cuanto tiempo se mantendrá ese alojamiento gratuito.

La iniciativa de Airbnb es una oportunidad para relanzar su marca y subrayar su responsabilidad social corporativa. Sin embargo, no es algo nuevo. La plataforma online de alojamientos turísticos lanzó en 2017 el proyecto Open Homes, con el que permiten a sus usuarios ofrecer sus casas gratis para acoger a gente huyendo de situaciones en conflicto o de desastres naturales.

En los últimos años Airbnb asegura haber ayudado a más de 75.000 personas en situaciones como el Huracán Sandy en EEUU, los terremotos en Ciudad de México o los incendios en Australia. Además de crear su propia oenegé, la plataforma colabora con otras organizaciones humanitarias. “Espero que esto inspire a otros líderes empresariales a hacer lo mismo”, ha apuntado Chesky. “No hay tiempo que perder”.