«He hecho una videollamada con ellos. Están felices. Se van a Bilbao. Allí tendrán la vida que no han podido tener en Kabul. Soy inmensamente feliz por ellos», escribió ayer en Twitter Antonio Pampliega, el periodista de guerra que ha estado en todo momento en contacto con la capitana de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas Nilofar Bayat y su marido Ramish para que logren salir de su país. El proceso ha sido tenso, dramático, pero a las 20.30 horas del viernes llegó a la base aérea de Torrejón, en Madrid. Lo hizo en el segundo avión militar enviado por España para sacar de Afganistán a quienes durante las últimas dos décadas han estado colaborando con las fuerzas españolas. Con ella llegaron otras 108 personas.

Ahora, Nilofar y su marido se recuperan de su angustiosa huida, de esas largas horas de espera en el aeropuerto a Kabul y del viaje a la esperanza, el de su llegada a Torrejón, donde han sido ubicados de forma provisional junto a los 108 compatriotas afganos que han escapado del régimen talibán. La capital vizcaína parece su próximo destino, tal y como explicó Pampliega, y seguir con el baloncesto parece una prioridad. Pero consultado por este periódico el presidente del Bidaideak BSR, Txema Alonso, sobre la posibilidad de que Nilofar juegue en el equipo bilbaíno el mandatario dijo que «con sinceridad aún no lo sé. Es decisión de Nilofar».

Latifa Sakhizadeh asegura en su carta que su «vida no está a salvo».
Latifa Sakhizadeh asegura en su carta que su «vida no está a salvo». / BSR

Alonso explicó que «parece que el Gobierno ha determinado que sea la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) la que gestione el asilo de esta pareja. No creo que su llegada a Bilbao sea por nosotros. Se ha determinado que sea la delegación en Bilbao de esta comisión la que se encargue de atenderles. Más que hablar de fichajes o incorporaciones lo que hay que hablar es de una acogida que se va a realizar para ellos dos a nivel institucional», subrayó el presidente del BSR desde Tokio, donde ha acudido para estar en los Juegos Paralímpicos que comienzan el martes. «Parece que va a ser Bilbao donde van a residir y volvemos a reiterarles que tienen las puertas de nuestra casa abiertas por si desean proseguir con su actividad deportiva», manifestó.

El presidente del Bidaideak apuntó que «como asilados no pueden elegir el destino donde van a vivir, por lo que hablar de fichaje por nuestro club no corresponde con la realidad de la situación de ambos. Seguro que ahora no están pensando en deporte, sino en priorizar cómo organizar su vida. Tienen muchos otros frentes que abordar y este del deporte es secundario. Me gustaría que ellos hicieran de Bilbao un altavoz a la reivindicación de los derechos humanos en su país. Si quieren hacerlo desde la cancha de Txurdinaga estaríamos encantados de acompañarlos en este proceso». El mandatario del club campeón de liga, ante la propuesta de ayuda de otros equipos como el Amiab Albacete, sí quiso matizar que desde la entidad que preside «no queremos entrar en un mercadeo con una deportista que viene de una situación tan traumática. Lo importante es que vaya donde vaya pueda seguir con los derechos de reivindicación de la mujer, ya sea en Bilbao o en otra ciudad. Le respetamos lo suficiente como para desear que encuentre el mejor sitio para rehacer su vida», concluyó.

Otra llamada de socorro
Afganistán es un infierno en la tierra y miles de personas intentan abandonar el país a diario después de la llegada al poder de los talibanes. El aeropuerto internacional de Kabul está colapsado, un caos hecho drama, y las llamadas de socorro no cesan en un Estado fallido sumido en el pánico y el miedo. El Bidaideak Bilbao BSR ha recibido ahora la llamada de socorro de Latifa Sakhizadeh, compañera de selección de Nilofar, que lanza el mismo mensaje aterrador: «Soy Latifa Sakhizadeh, una de las jugadoras de la selección nacional de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán. Por favor, ayúdenme. Mi vida no está a salvo. La seguridad en mi país no es buena. Los talibanes van a matarme».

El BSR ya se ha puesto manos a la obra y anunció ayer en un comunicado que tratará de echar una mano a la joven, atrapada en un país que amenaza con hacerla desaparecer. Por distinta, por ser mujer, por tener una discapacidad, por pensar diferente. Ahora bien, son las autoridades españolas las que deben encargarse de todo el proceso de evacuación.