Decenas de personas se concentraron ayer en San Sebastián para pedir un «corredor humanitario ya» ante la situación en Afganistán cuando se cumple una semana de la llegada de los talibanes al gobierno, lo que sume al país en un futuro incierto que provocará «un desplazamiento masivo de la población». Este movimiento ya ha comenzado a darse, con imágenes de multitud de personas hacinadas en torno al aeropuerto de Kabul para intentar huir, y donde en las últimas horas al menos siete personas han perdido la vida, 20 desde que se inició la semana.

La ONG Salvamento Marítimo Humanitario convocó la concentración que tuvo lugar a las 19.00 horas de la tarde en el Boulevard de Donostia y a la que se sumaron otras organizaciones como SOS Racismo, Ongi etorri errefuxiatuak, Irungo Harrera Sarea, Kolore Guztiak, Denon Elkarte, EIPE-ZAIE Elkarte, Hotz Oñati, Hotz Legazpi y Got para exigir «las responsabilidades que los gobiernos de la Unión Europea tienen como países firmantes de la Carta de Derechos Humanos».

Los participantes también quisieron expresar su protesta por la falta de «vías legales que canalicen este éxodo de forma regularizada», que solo traerá consigo «la creación de rutas inseguras, mayor sufrimiento a los colectivos más vulnerables y enriquecimiento de organizaciones criminales».

Los asistentes pidieron expresamente al Gobierno de Pedro Sánchez «que defienda en la Unión Europea el derecho de todas las personas que huyen de Afganistán en busca de un refugio a que puedan encontrarlo en los países de la UE y no nos veamos como sociedad civil otra vez en la obligación de ir a defender los derechos humanos de las personas refugiadas que desde las instituciones oficiales no se han garantizado», algo que consideran «valores éticos a defender».
Instaron además al Ejecutivo central a que demuestre «firmeza en sus compromisos con las luchadoras por la democracia en cualquier parte del mundo. El Gobierno de España y la UE tienen ahora la oportunidad de demostrar su compromiso con el derecho de asilo que asiste a quienes huyan de la persecución talibán».

La manifestación contó con una amplia representación de las instituciones vascas. Por parte del Gobierno Vasco acudieron la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia, el director de Migración y Asilo, Xabier Legarreta, y la directora del gabinete de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Noemí Ostolaza. Asimismo, se acercaron hasta las inmediaciones del Boulevard donostiarra el director de Derechos Humanos de la Diputación de Gipuzkoa, Jon Gambra, y la delegada de Acción Social del Ayuntamiento de San Sebastián, Aitziber San Roman.

Mensaje de Kabir Shah
En la concentración, también intervino con un mensaje grabado el refugiado afgano Kabir Shah, cuya historia contó DV el pasado miércoles. El joven de 26 años, afincado en Gipuzkoa desde hace tres años, pidió al Gobierno español que «empatice con nuestra situación y la de nuestras familias, que no se convierta en cómplice de nuevas muertes y torturas, y que tiene una gran oportunidad delante para demostrar que aún se puede creer en la humanidad. A título individual, pido que se cumpla la ley que reconoce el derecho a la reagrupación familiar».

Irungo Harrera Sarea pide a las instituciones que dejen de «mirar para otro lado»
Irungo Harrera Sarea ha pedido a las instituciones, «desde las más pequeñas, a las más grandes», que «dejen de mirar para otro lado» en la situación de los migrantes tras la tragedia ocurrida hace quince días y que le costó la vida al joven Abdulaye Koulibaly, cuando trataba de cruzar la muga por el río Bidasoa para alcanzar suelo francés.

El colectivo irundarra incidió en que, a diferencia de lo expresado por responsables institucionales, «no todos somos culpables» en la muerte de este y otros migrantes en la muga. Y reivindica la labor de «decenas de voluntarios y voluntarias que desde hace tres años han ayudado a más de 16.000 jóvenes a rehacer su vida. «Si en algo tiene responsabilidad Irungo Harrera Sarea es en ser extremadamente responsable en su labor y exquisitamente respetuosa con quienes llegan hasta aquí, ayudándoles y orientándoles de la mejor manera para que puedan continuar su viaje», defienden. Además, denuncian que se deje fuera del centro de Hilanderas, «en la calle a diario» a jóvenes, o que se niegue la «libertad de tránsito» en la frontera, donde «todas las instituciones públicas tienen una cuota de responsabilidad».

El colectivo pide a las distintas autoridades que afronten de cara el problema. «No solo es una cuestión de cómo gestionar este drama en el día a día, sino de tener la voluntad de encararlo y poner en marcha dinámicas y políticas que alivien el sufrimiento y no contribuyan a aumentarlo. Se trata de ayudar, no de perseguir. De abrazar y no de detener».