La ofensiva diplomática española para frenar la inmigración ilegal procedente de África pasó ayer por Barcelona. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció en la capital catalana que los próximos 7 y 8 de septiembre los embajadores españoles en África se reunirán en Lisboa con sus homólogos portugueses para, juntos, establecer líneas de actuación de ambos países en el continente africano.

Moratinos destacó la influencia que Portugal mantiene en muchos países africanos con escasa presencia española y, de aquí, que defienda la cooperación de ambos países con vistas a frenar las oleadas migratorias incontroladas procedentes del sur del Magreb. La primera actuación concreta en este sentido se llevará a cabo la próxima semana en Rabat, durante la conferencia euroafricana de inmigración y desarrollo. Pero no será hasta septiembre, concretamente los días 7 y 8, cuando España y Portugal mantengan una reunión bilateral para sumar esfuerzos en África.

En principio, explicó Moratinos, los actores de esta nueva colaboración serán los embajadores portugueses y españoles acreditados en África. Esta medida llega, precisamente, cuando España se encuentra en vías de reforzar su exigua representación diplomática en el continente africano con la apertura de nuevas embajadas en Malí y Cabo Verde, con quienes se busca establecer convenios para la readmisión de inmigrantes y vigilancia de fronteras. En definitiva, y en palabras del ministro, se trata de “afrontar juntos el gran desafío del continente africano”.

Moratinos llegó a Barcelona para presentar el anuario del centro de información y documentación Cidob, que este año se ha centrado en Portugal y en sus relaciones con España, la Unión Europea y los países lusófonos. El ex presidente portugués Jorge Sampaio había sido invitado al acto, pero problemas de salud le impidieron acudir, con lo que su discurso fue leído por el embajador portugués en España. Éste destacó que los 20 años de presencia de España y Portugal en la Unión Europea han permitido limar buena parte de los desencuentros que tradicionalmente han reinado en las relaciones entre ambos países, sobre todo en el plano económico. En ello coincidió con el ministro Moratinos, quien aseguró: “Se ha roto el miedo a la inversión española en Portugal y al revés”.

Al acto también asistieron el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el del Cidob, Narcís Serra. Por la tarde, Maragall y Moratinos volvieron a coincidir en la reunión de fin de curso del patronato de Casa Asia de Barcelona. En este encuentro, Maragall se comprometió a que la Generalitat asuma el 50% de una ampliación presupuestaria de 375.000 euros que los dirigentes de este centro de estudios han reclamado para potenciar determinados programas. La otra mitad, dijo Maragall en tono jocoso, “seguro que la pondrá La Caixa”.