En menos de un día, el Régimen de Apoyo e Intervención en Emergencias de la Unidad de Emergencias Militar y el Ejército del Aire levantaron el campamento que acoge, por el momento, a 89 personas, cinco de ellas de nacionalidad española, en la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Todo un desafío logístico con capacidad para 400 personas, pero ampliable a 600, que cuenta con 42 tiendas con aire acondicionado, más contenedores de veinte pies donde caben seis personas, también con climatización, más un polideportivo habilitado con literas con capacidad de 200 personas, cuatro contenedores de duchas, ablución y urinarios.

Esta macroestructura, también está provista con un comedor para 200 personas, espacios diferenciados para mujeres, niños y hombres; una zona especial para la lactancia materna, espacios reservados para la ayuda psicológica y parques infantiles para los 32 menores que llegaron al campamento.

Este espacio está ocupado por 89 personas, entre ellas cinco españoles, que llegaron en la madrugada del jueves en dos vuelos diferentes. El primero,a medianoche, en un avión italiano con 36 personas y el segundo en el A400M del Ejército del Aire, con 53. El vuelo italiano forma parte del Servicio Exterior de la Unión Europea con el que España se ofreció a colaborar como primer destino para los afganos que trabajaron con el servicio europeo. El otro vuelo, procedente de Dubái, aterrizó en la base militar pasadas las cuatro y media de la madrugada, con 49 afganos y los últimos cinco españoles que no pertenecían a la misión diplomática que quedaba en Afganistán.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, recibieron de madrugada a este segundo contingente. «Concluimos la primera fase de la evacuación. No quedan ya españoles, salvo los necesarios para proseguir la evacuación», celebró el titular de Exteriores.

Según explicó Escrivá, estas personas deberán pasar 72 horas en el campamento hasta saber dónde van a ser reubicadas y poder entrar en el servicio de acogida español y de la Unión Europea. Este alojamiento provisional servirá a aquellos que no tengan dónde pernoctar y permanecerán hasta que se regularice su situación. Los españoles no están incluidos en este protocolo.

En las primeras horas, todos los llegados a la base pasaron por una prueba de antígenos, de la que no se reportó ningún positivo por coronavirus, pero uno de los 32 menores tuvo que ser ingresado en el Hospital Gregorio Marañón por un cuadro de diarrea.

Tras estas 72 horas se inicia un proceso de integración que comprende dos etapas. La primera, durará unos seis meses y comenzará con la reubicación a un centro de acogida de la red estatal. Cantabria, Extremadura, Murcia, Cataluña, País Vasco y el Ayuntamiento de Barcelona mostraron su disponibilidad para albergarlos, pero el titular de Inmigración aseguró que el sistema estatal «cuenta con 3.000 plazas libres repartidas por toda España». Después de esos seis meses, donde van a recibir clases de español y también ayuda psicológica, entrarán en una segunda fase en la que ya podrán vivir solos.
Caos en el aeropuerto

De momento, son cuatro los aviones que pusieron rumbo a Dubái, que actúa como puente aéreo entre Madrid y Kabul para poder evacuar a todo el personal diplomático y colaboradores en Afganistán. En el Ejecutivo confían en que un segundo avión pueda llegar a Kabul «lo antes posible» para la segunda operación de evacuación, pero son conscientes de la situación de descontrol que hay en el aeropuerto internacional de la capital afgana. Albares confirmó «las dificultades» para que cientos de colaboradores con las tropas españolas puedan llegar a la terminal. «La situación del aeropuerto es algo que se escapa de nuestras competencias. Ahora mismo es un cuello de botella. Pero seguimos con la misma idea, traer a todo el mundo», dijo el titular de Exteriores. Un tercer avión salió ayer desde la base de Zaragoza hacia Emiratos Árabes Unidos para ayudar en las labores de evacuación. A toda esta fuerza aérea se sumó el miércoles el envío de un avión medicalizado.