Diplomacia

La UE llama a evitar una crisis migratoria en Afganistán: "No podemos esperar a que estén en nuestras fronteras"

Las voces en Europa que piden evitar repetir las imágenes de 2015, cuando más de un millón de personas llegaron al continente huyendo de la guerra siria, suenan cada vez con más fuerza

El Mundo, Beatriz Ríos, 18-08-2021

“Tenemos que evitar una crisis migratoria”. Ése fue principal mensaje de la Comisaria Europea Ylva Johansson, a los ministros de Interior de los 27 estados miembros, que se reunieron hoy para una primera toma de contacto sobre la situación en Afganistán, “tenemos que evitar que estas personas inicien una peligrosa ruta y lleguen irregularmente a Europa. No podemos esperar a que estén en nuestras fronteras, tenemos que ayudarles antes.”

Apenas había caído Kabul y las voces en Europa que pedían evitar repetir las imágenes de 2015, cuando más de un millón de personas llegaron al continente huyendo de la guerra en Siria de forma irregular, colapsando por completo el sistema de asilo europeo, ya eran las más fuertes. El mensaje de Johansson, que trabaja en un plan europeo de respuesta urgente en caso de que la situación se agrave, va en esa dirección y encuentra eco en gran parte de los gobiernos de la UE.

La propia canciller Angela Merkel, quien liderara la política de puertas abiertas entonces, llamó el pasado lunes a “no cometer los errores del pasado” y garantizar que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y los países vecinos reciben suficiente financiación para garantizar una vida digna a los desplazados. “Necesitamos asegurarnos de que las muchas personas que tienen grandes preocupaciones e inquietudes, aunque no hayan trabajado con instituciones alemanas, tengan una estancia segura en los países vecinos de Afganistán”, dijo la canciller. El mensaje es en cierta medida doméstico. Hay elecciones a la vuelta de la esquina en Alemania, y aunque la canciller no se presentará por primera vez en 15 años, su partido perdió un buen puñado de electores a causa de la gestión migratoria de entonces.

En la misma línea se expresó el presidente francés, Emmanuel Macron, que insistió en que la responsabilidad de la acogida de los refugiados debía ser compartida por toda la comunidad internacional, pero que Europa necesitaba un plan. “Debemos anticiparnos y protegernos de los grandes flujos migratorios irregulares que pondrían en peligro a quienes los utilizan y alimentan el tráfico de todo tipo,” dijo Macron, que trabaja con Merkel en una iniciativa que aúne la lucha contra la inmigración irregular y un sistema común con criterios para el reconocimiento del derecho a la protección internacional.

A algunos aún les acosan los fantasmas de aquella crisis migratoria que puso a Europa contra las cuerdas, incapaz de dar respuesta al mayor desastre humanitario desde la segunda guerra mundial. Decenas de miles de demandantes de asilo, también afganos, siguen atrapados desde hace años en las islas griegas. Y seis años después, el debate sobre la necesidad de reformar las políticas europeas de migración y asilo sigue encallado. Una alta fuente comunitaria europea reconocía hace unos meses, en plena crisis con Marruecos, que en lo único que parecen coincidir los gobiernos de la UE es en la necesidad de reforzar el control de las fronteras exteriores. Nada más.

Peligro inminente para los afganos

En lo que sí parecen estar de acuerdo la mayoría de los gobiernos europeos es en la necesidad de garantizar la evacuación de los centenares de ciudadanos afganos que, de una forma o de otra, han colaborado con instituciones occidentales y se enfrentan ahora a las represalias de los talibán. “Lo más importante ahora es evacuar al personal de la UE, a los ciudadanos de la UE, pero también al personal local que ha estado trabajando para la UE o los estados miembros,” aseguró la comisaria de Interior.

Johansson llamó también a los países de la UE a poner en marcha un sistema para reubicar a aquellos ciudadanos afganos que se enfrentan a amenazas inmediatas, en particular activistas, periodistas, pero también mujeres y niñas en el punto de mira de los talibán. “Ahora están en peligro y realmente necesitan ser reasentados de manera segura en la Unión Europea,” insistió Johansson, “tenemos que evitar rutas irregulares, peligrosas, facilitadas por traficantes. Al contrario, deberíamos crear vías seguras para que aquellas personas que tengan derecho a protección internacional vengan a la UE.”

Hace unas semanas, a pesar del avance talibán y ante la inminente caída de Kabul, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Austria y Grecia pidieron a la Comisión que garantizara que las deportaciones de afganos cuya petición de asilo había rechazada se garantizaban, al considerar el país como un lugar seguro. Johansson advirtió que ante el deterioro de la situación en el país las deportaciones deben parar.

Los ministros de Interior en realidad se reunían para tratar la situación en la frontera con Bielorrusia, desde dónde llegan personas en busca de refugio a causa de la persecución del régimen de Alexander Lukashenko. Pero el deterioro de la situación en Afganistán desembocó en un primer intercambio entre los representantes de los 27, tras ser informados por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell ,de la situación en el terreno. La presidencia eslovena, al frente del Consejo hasta diciembre, continuará monitorizando la situación y trabajará en los posibles pasos a dar en caso de que aumente la presión migratoria para que haya una respuesta conjunta de la Unión.

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