Melilla – El escáner que se le practicó ayer al inmigrante procedente de
Mali que fue localizado el lunes por la Guardia Civil en medio del
perímetro fronterizo que delimita el territorio de Melilla demostró que el
herido, que permanece en la UCI del Hospital del Instituto de Gestión
Sanitaria (INGESA) de la ciudad autónoma, presentaba «varios fragmentos»
de un mismo proyectil en el interior de su vientre, según han informado
fuentes sanitarias.
   Además, han atribuido este diagnóstico al uso de
«munición fragmentaria» por parte de la Gendarmería marroquí, cuerpo al
que tanto el herido como los otros tres subsaharianos que resultaron
ilesos tras el asalto sobre la frontera española, han achacado los
disparos que se cobraron la vida de un subsahariano más en el
interrogatorio que les practicó la Benemérita el mismo lunes.
   El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, ya
reconoció el lunes en su comparecencia de prensa que éste último, de
nacionalidad nigeriana, presentaba heridas de bala, aunque no concretó si
habían sido éstas o la caída desde los 6 metros de altura que tiene el
vallado fronterizo las que le habían causado la muerte. A pesar de que las
investigaciones y el resultado de la autopsia, que se le realizó al
cadáver el lunes en el cementerio melillense de la Purísima Concepción,
permanecen desde el miércoles bajo secreto de sumario por orden del
Juzgado número 3 de la ciudad autónoma, fuentes sanitarias han explicado a
LA RAZÓN que el fallecido presentaba un orificio de entrada en el costado
(cuya trayectoria hizo que desde un principio se pensase que habían sido
las Fuerzas de Seguridad marroquíes y no la Guardia Civil la que había
disparado sobre los indocumentados) y «múltiples fragmentos metálicos» en
diferentes partes de su tronco, especialmente en el abdomen. «Los restos
apuntan a que se le disparó con postas (bala con varios subproyectiles en
su interior), una munición que se utiliza habitualmente en Marruecos para
cazar jabalíes porque se expanden como la metralla», han detallado estas
mismas fuentes, que han recordado que este tipo de balas están prohibidas
por el Reglamento de Armas español no ya para su utilización por las
Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, sino incluso para la caza de
cualquier animal.
   En el caso del herido, el impacto de la bala se
produjo «en su glúteo derecho», lo que apunta a que fue abatido por un
tirador desde suelo marroquí cuando ya se encontraba escalando la valla.