Matteo Salvini lanza un ultimátum al Gobierno italiano, del que forma parte su partido, la Liga. Si «antes de finales de agosto» el Ejecutivo no impide que sigan desembarcando inmigrantes y refugiados en Italia tras cruzar el Mediterráneo central, a la formación derechista la resultará «difícil» seguir apoyando la heterogénea coalición liderada por el primer ministro Mario Draghi.

Desde la localidad de Milano Marittima, el enclave a orillas del Adriático donde hace dos veranos anunció el fin de la alianza que mantenía la Liga con el Movimiento 5 Estrellas, Salvini arremetió el domingo por la noche contra la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, de la que pidió implícitamente su dimisión por «no ser capaz de resolver el problema de los desembarcos». También advirtió de que le había escrito a Draghi mostrándole su preocupación por esta cuestión.

Según los datos oficiales, desde principios de año hasta este lunes habían llegado a Italia tras cruzar el canal de Sicilia 29.461 inmigrantes , más del doble que en el mismo período del 2020 (14.406), un año que estuvo marcado por el confinamiento y las restricciones por la pandemia. Ahora hay alrededor de 800 desplazados y refugiados a la espera de arribar a un puerto seguro tras ser socorridos en aguas del Mediterráneo por las naves humanitarias Sea Watch 3 y Ocean Viking.

Se espera que la cifra siga aumentando en las próximas semanas porque el buen tiempo favorece que zarpen las lanchas con inmigrantes desde las costas norteafricanas. A Libia, país de partida habitual, se suma también Túnez, cuya reciente inestabilidad política empuja a parte de su población a plantearse cruzar el canal de Sicilia. Es lo que hicieron los al menos 600 tunecinos que llegaron el pasado fin de semana a la isla italiana de Lampedusa.

Crisis política en Túnez

Según medios locales citados por la agencia Agi, hasta 15.000 personas estarían preparadas en Túnez para embarcarse hacia Italia y escapar así del caos político generado después de que el presidente, Kais Said, disolviera la semana pasada el Parlamento y cesara al primer Ministro, Hichem Mechichi. De los más de 29.000 inmigrantes llegados a Italia en lo que va de año, más de 7.000 tienen nacionalidad tunecina. Son los más numerosos, seguidos por los de Bangladesh y de Egipto.

Pese a las declaraciones de Salvini y el aumento de las llegadas este año, Matteo Villa, analista del Istituto para los Estudios de Política Internacional, consideró que la situación no es «inaudita» y aventuró que se cerrará el año con alrededor de 50.000 personas desembarcadas en las costas italianas tras cruzar el Mediterráneo central.

«Ya en 2011, durante el curso de las Primaveras Árabes y en particular de la Revolución tunecina, llegaron alrededor de 60.000 personas. Y entre el 2014 y el 2017 se registraron entre 110.000 y 180.000 desembarcos al año», recordó Villa en un artículo publicado por Ispi. «Pese a que la pandemia ha agravado las condiciones de los países de partida, estamos aún muy lejos del período de ‘altos desembarcos’ en Italia». El experto también desmontó con cifras la falsa teoría de que la presencia de las naves de las oenegés contribuye a aumentar el número de embarcaciones que zarpan desde las costas norteafricanas, pues casi 9 de cada 10 inmigrantes llegan a las costas italianas sin recibir ayuda de estos barcos humanitarios.