El Rey insta a ayudar a África ante el drama de los inmigrantes por llegar a «una gran Nación como España»
ABC, 06-07-2006ALMUDENA MARTÍNEZ – FORNÉS
MADRID. Cuarenta y ocho horas después de que se conocieran nuevas muertes de subsaharianos, ya fuera por intentar saltar la valla fronteriza de Melilla o por naufragios de pateras, Su Majestad el Rey llamó ayer la atención sobre el «drama de los inmigrantes que llegan a nuestras costas en condiciones infrahumanas».
Fue durante la entrega de despachos a los treinta nuevos diplomáticos cuando Don Juan Carlos, que asistió acompañado por la Reina, pidió a estos servidores del Estado que dirijan también su atención hacia África, «el continente más pobre del planeta, el más castigado por las hambrunas, enfermedades, guerras, injusticias y desplazados».
Su Majestad insistió en que las condiciones en las que llegan estas personas reflejan «la difícil situación de una región del mundo a la que, por responsabilidad, es prioritario prestar ayuda desde nuestra obligación de contribuir al logro de un mundo mejor».
En su intervención en la Escuela Diplomática, Don Juan Carlos también destacó la importancia «fundamental» de la cooperación internacional «para luchar contra la barbarie terrorista, que siembra de sangre, muerte y dolor numerosos países».
Además, tal y como viene haciendo desde hace meses, el Rey aprovechó la ocasión para recordar que España es «una gran Nación» y que poder representar a nuestro país supone un «alto honor».
Las primeras palabras del Jefe del Estado estaban dirigidas, sin embargo, a los familiares y amigos de los fallecidos en el trágico accidente de metro de Valencia, a quienes reiteró «de todo corazón» su más profundo pesar, y deseó el «pronto restablecimiento a todos los heridos».
En el acto celebrado en la Escuela Diplomática también intervino el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien hizo un repaso de la política exterior española. Así, habló del «retorno a una diplomacia de diálogo y consenso» e instó a la «unidad de acción en el exterior».
Asimismo, el ministro destacó el «aumento significativo» de las plazas de diplomáticos que se convocarán cada año y se refirió a la apertura de nuevas embajadas (Albania, Sudán, Yemen, Malí, Cabo Verde y Nueva Zelanda) y a la mayor dotación de las misiones ya existentes.
«Sin caviar ni champán»
Moratinos quiso agradecer públicamente la labor que realizan los diplomáticos desplazados a los destinos más duros y a quienes «todos imaginan cómodamente en capitales europeas». Así, se refirió a los funcionarios que han intentado afrontar el drama de la inmigración ilegal en África Subsahariana y a las difíciles condiciones en las que se trabaja en Afganistán, «sin caviar ni cóctel ni champán».
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