El bosque de la eterna espera

ABC, 06-07-2006

FOTO: LUIS DE VEGA. CORRESPONSAL

TÁNGER. La situación de los bosques que rodean la ciudad autónoma de Melilla está muy lejos de aquella que se vivió en septiembre y octubre pasado durante la crisis de las vallas. «Quedamos 53 personas en el bosque», dice a ABC a través de un teléfono móvil Hassan, de Burkina Fasso. Aparte de una decena de cameruneses apenas hay unos cuantos jóvenes de Senegal, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Burkina Fasso, Nigeria, Guinea Bissau, Guinea Conakry y Malí.

Además, la presencia del Rey de Marruecos, Mohamed VI, de visita en Nador, y el consiguiente aumento de la seguridad han llevado a regresar al bosque a algunos de los que se escondían en distintos barrios de Nador.

Ese es el caso de Balde, de Costa de Marfil, que lleva en la zona año y medio y que estos días se oculta en las laderas del monte Gurugú junto a otro compatriota. Los dos solos. «Conozco esto mejor que los árabes. Los militares vienen constantemente pero no son capaces de vernos», explica también a través del teléfono.

Por ahora descartan que vaya a haber nuevos asaltos en grupo a la valla. Las Fuerzas de Seguridad se encuentran en alerta. «Hay que esperar a que regrese la calma. Después ya veremos, porque el regreso a mi país no parece posible». ¿Y pasar a España? «Lo intentaré. Por la valla, dentro de un coche, por el agua… quién sabe», sentencia Balde. Pero, de momento, como insiste Hassan desde otro punto del bosque, «aquí, intentando estar tranquilo».

Las redadas de la Gendarmería y de las Fuerzas Auxiliares se han intensificado desde el asalto a la valla del lunes. Pero, a diferencia de aquellas semanas del pasado otoño, en que se podía ver a centenares de jóvenes malviviendo entre los matorrales, la presencia de subsaharianos en los alrededores del perímetro fronterizo es ahora mucho menor.

La avalancha de la madrugada del lunes sobre el perímetro fronterizo de Melilla se saldó con la muerte de tres subsaharianos. «Samba, un maliense, es el que está en el lado español. Lo conozco», asegura Hassan. Los otros dos fallecidos se encuentran en el hospital de Nador, a una veintena de kilómetros de la frontera española. Fuentes médicas informaron de que no se han encontrado «cuerpos extraños ni objetos metálicos» en los cadáveres. En ese mismo centro médico se encuentran ingresados los heridos más graves, siete u ocho.

Los testimonios recogidos por este corresponsal de los propios subsaharianos y de algunas ONG calculan en 34 el número de emigrantes que han sido detenidos en las últimas horas por las Fuerzas de Seguridad marroquíes. Todos fueron trasladados en un primer momento al puesto de Mariuari, junto a la verja. «Algunos necesitan una atención médica que no están recibiendo», asegura Helena Maleno, de SOS Racismo. En el lado español, calma. Hasta que alguien se atreva de nuevo y la valla se vuelva a llenar de sangre.

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