Afrontar la discriminación
Para ir en contra de la desigualdad de trato hacia las personas, hay estudios como el publicado por Ikuspegi que deben ser bien recibidos porque ensanchan la visión del problema
Diario Vasco, , 20-07-2021Se podría decir que toda forma de discriminación nos lleva a un rebaje, en mayor o menor grado, de las sociedades democráticas o, si se quiere, de la democracia. Dicho en un tono más apelativo: discrimina a las personas y terminarás siendo enemigo de la sociedad. No sé, pero, sin exagerar, los casos extremos que a menudo se conocen, como los de delito de odio –portadores de violencia a veces con resultado de muerte por el hecho de que alguien forme parte de un colectivo previamente señalado– han podido tener ese recorrido degradante que se inicia con una mera discriminación; como la que se daría por vivir en un determinado lugar o tener diferente color de piel. De ahí que, para ir en contra de ella y de la desigualdad de trato hacia las personas y, por ello, de la vulneración de los derechos de las mismas, encuestas o estudios que se hagan han de ser bien recibidos. Ensanchan la visión del problema, con la idea de saber si se va en la buena dirección.
Así, la publicación conjunta presentada recientemente por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración, sobre ‘Discriminación y Diversidad en Euskadi (CAE): perspectivas, ámbitos y colectivos (julio, 2021)’, supera todas las expectativas, por la riqueza de sus aportaciones. Y obliga a que estas líneas sean solo una mínima aproximación, efectuada, además, desde la mirada del que las suscribe. Por añadidura, se ciñe a los dos primeros capítulos, de los ocho de que consta el trabajo. Alcanza, pues, a algunas cuestiones del primero, ‘Un acercamiento teórico a la discriminación’ (Oier Ochoa de Aspuru y Udane Hermosilla); y del segundo, ‘Análisis comparativo de la percepción de la discriminación y diversidad en la CAE, Navarra, Estado y Europa’ (Julia Shershneva y Maddalen Epelde).
Por lo que respecta al citado en primer lugar, hay que decir que se convierte, casi, sin querer, en espléndido material de base para operar en distintos ámbitos de la vida y, mucho más, en el académico. Materia prima, pues, para posibles trabajos y actividades escolares que tengan, como trasfondo, la convivencia y la inclusión educativa. Y es que no solo queda patente una definición bastante completa de la idea de discriminación (se condensa en la del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1989), más allá de cualquier otra generalista, sino que describe las áreas o ámbitos (laboral, educativo, residencial…), donde se pueden producir situaciones discriminatorias, relacionados con distintos momentos y formas (proceso de acceso, dentro de la institución o servicio,…). A esto, habría que añadir los tipos de discriminación existentes, de acuerdo a la normativa europea y nacional y a las aportaciones de otras personas e instituciones. Por último, no menos aprovechables resultan algunos motivos o maneras que incurren en comportamientos discriminadores y que, a tenor de una realidad compleja como la actual, viene bien reconocerlos: discriminación por sexo/género; por origen y/o raza; edadismo o por edad de las personas; por motivos religiosos; por orientación sexual o identidad de género; aporofobia o por miedo y rechazo a las personas pobres; por discapacidad o enfermedad; y, por último, gordofobia o por sobrepeso. Un apartado final sobre la perspectiva o enfoque a llevar a cabo, en relación con el estudio de este tema, daría broche final a este primer capítulo.
En el segundo, se hace un análisis comparativo de los resultados de diferentes encuestas (en Euskadi, Navarra, España y Europa), acerca del fenómeno de la discriminación y diversidad, no sin admitir las dificultades que ello conlleva. Su primer apartado, ‘Actitudes hacia la diversidad y relaciones con diferentes grupos sociales’, concluye que la sociedad vasca parece propensa a la multiculturalidad, la diversidad y a las relaciones y convivencia con diferentes colectivos. Su segundo apartado, ‘Percepción de la discriminación en la CAE, Navarra, Estado y Europa’, se subdivide en ‘Discriminación percibida y sus ámbitos’ y en ‘Discriminación vivida en los doce últimos meses y el conocimiento del derecho a no discriminación’. De la primera, una anotación. Si Euskadi percibe a las personas por «origen étnico o racial como más afectadas por la discriminación y la desigualdad (48,8%), frente a otras, por ejemplo, dentro de «nacionalidad», «tener pocos recursos» o «edad», en el Estado, para la primera categoría del ‘origen’, el porcentaje es del 64% y, en Europa, del 59%.
De la segunda, cabe señalar que las personas encuestadas declaran que han sufrido uno u otro tipo de discriminación. Así, en Euskadi, y según el motivo de la discriminación, aparecen con más frecuencia estar aquejado de algún tipo de discapacidad (46, 8%) y la edad actual (45,7%), mientras que en el Estado la discriminación por edad sube más (59,3%), tras la que se cita el origen étnico o racial (40%). Por lo demás, la discriminación por identidad sexual y/o de género es más frecuente entre nosotros (33,1%) que en el resto del Estado (9,5%). Un panorama, en fin, que manifiesta que la discriminación se encuentra hasta en las sociedades ‘más avanzadas’ y que, entre otras cosas, gracias a este tipo de estudios, habría de empezar a ponerle remedio.
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