SOS Mediterranée, la ONG responsable del barco de rescate Ocean Viking, ha reclamado de forma «urgente» permiso para llevar a puerto a los 572 migrantes y refugiados que viajan a bordo, entre ellos 183 menores de edad, procedentes de un total de seis pateras localizadas en los últimos días en la zona central del Mediterráneo.

«Lo que hemos visto en el mar en los últimos días es desgarrador», ha lamentado la coordinadora de recates de la oenegé Luisa Albera, que viaja en el Ocean Viking. En este sentido, ha lamentado la falta de coordinación de autoridades marítimas e interceptaciones por parte de la Guardia Costera libia.

El Ocean Viking ha rescatado a estos 572 migrantes en seis operaciones de salvamento en las últimas 72 horas y este martes pidió a la Unión Europea que coordine un desembarco.

Albera ha recordado que Libia no es un país seguro y, por eso, confía en que la UE pueda «coordinar» el desembarco de los 572 migrantes. La falta de un mecanismo ya consensuado obliga a negociar caso por caso este tipo de permisos, que habitualmente tienen Italia como punto de entrada.

«En la cubierta de popa del Ocean Viking, 572 supervivientes necesitan urgentemente un lugar seguro para desembarcar. Nos quedaremos sin raciones de comida envasada en un par de días. Nuestra tripulación cumplió con su deber legal y moral de rescatar. Es hora de que los Estados capaces de ayudar hagan lo que les corresponde», denunció la organización en Twitter.

En el último rescate, que calificaron de «extremo», durante más de cinco horas 369 personas fueron evacuadas de un bote de madera sobrecargado que estuvo a punto de zozobrar varias veces y que tuvo que ser estabilizado con unos dispositivos especiales antes de trasladar a los supervivientes, muchos de ellos en camillas.

Entre los supervivientes hay personas con discapacidad una de ellas viajaba con la silla de ruedas y todos ellos comparten historias que dan cuenta de la precaria situación en Libia, donde hay «demasiada tortura», en palabras de una camerunesa de 36 años.

«Pude escaparme del centro de detención con mi hija el sábado de madrugada. Habíamos pasado ocho meses ahí. Las milicias nos trataban como basura, como mercancía. Nos violaban», relata Susanne.

También Djimon, de Benín, cuenta situaciones de abusos físicos y sexuales en el centro de detención: «Me pegaron hasta que me partieron la pierna. Violaban a todo el mundo. Pasé cuatro días sin comer y sin beber».

Único barco operativo

El Ocean Viking es el único barco que opera en estos momentos en el Mediterráneo Central en espera de que en las próximas horas se incorpore a la zona el Open Arms, de la homónima organización española, tras más de dos meses y medio bloqueado en puerto.

Las autoridades italianas mantienen bloqueadas por presuntas irregularidades otras cinco naves humanitarias: la Sea Eye 4, el Alan Kurdi y los Sea Watch 3 y 4, a las que se sumó el sábado el Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras.

Entretanto, el Mediterráneo se sigue cobrando vidas. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que 898 migrantes y refugiados han perecido en lo que va de año, de los cuales al menos 734 corresponden a la zona mediterránea central.