La Consejería de Trabajo y Política Social realizó una evaluación del anterior plan para la integración de los inmigrantes previa a la elaboración del nuevo. El trabajo lo encargó a consultores externos, concretamente al Colegio de Trabajadores Sociales, y el resultado fue de casi un notable global, aunque con notables sombras en algunas materias.

Según esta evaluación, el Plan Social para la Integración de los Inmigrantes 2002 – 2004, cuya dotación rondaba los 26 millones de euros, se cumplió en un 69% y resultó eficaz especialmente en las áreas de educación, sanidad y social. Sin embargo, en vivienda registró un frustrante suspenso.

La explicación del fracaso, según la consejera Rubio, es que «los ayuntamientos y promotores son remisos» a edificar viviendas para inmigrantes, a pesar de disponer de ayudas públicas.