Una operación conjunta devuelve a sus países a 509 irregulares que querían entrar en la UE

Los aeropuertos de París, Milán, Lisboa y Amsterdam eran los principales puntos de entrada de los inmigrantes repatriados

Deia, 04-07-2006

Jose Manuel Sanz Helsinki/Efe

UN DISPOSITIVO de control fronterizo en los principales aeropuertos de Europa ha permitido realizar una una operación conjunta que ha finalizado con la devolución a sus países a 509 personas que intentaban entrar en la UE de manera irregular. El objetivo de la operación era combatir la inmigración ilegal procedente de América del Sur que utiliza los aeropuertos de las principales capitales europeas con la intención última de llegar a España.

Los policías españoles que han participado en el dispositivo de cooperación desarrollado el pasado mes de junio son agentes adscritos a la Comisaría General de Extranjería y Documentación. La operación, que ha durado 16 días, ha sido realizada junto con las Policías de fronteras de Francia, Portugal, Holanda e Italia.

Los efectivos del Cuerpo Nacional de Policía han actuado en los aeropuertos de París, Milán, Lisboa y Amsterdam. y, debido a su amplio conocimiento de las características de la inmigración ilegal procedente de Sudamérica, han posibilitado un filtrado más eficaz de los flujos de personas que intentaban acceder al territorio europeo, explicó la Dirección General.

En los días posteriores a la operación, y como consecuencia directa de los resultados obtenidos, la Policía ha detectado una importante reducción de los flujos migratorios irregulares que pretendían entrar Europa. De las personas devueltas a sus países de origen, más de la mitad, un total de 274, lo han sido en el aeropuerto parisino de Roissy.

Por su parte, la inmigración será una de las prioridades políticas incluidas en la agenda de la Presidencia finlandesa de la UE, que empezó el pasado uno de julio y terminará el 31 de diciembre, y su primer ministro, Matti Vanhanen, señaló ayer la necesidad de buscar «medidas comunes» con las que todos los Estados miembros «soporten la carga», de manera que no sólo recaiga en los países receptores, como España, Malta o Italia.

El primer ministro de Finlandia señaló que «el Mediterráneo necesita nuestro apoyo» y se mostró dispuesto a trabajar para «poder encontrar medidas comunes a nivel de la UE». Para ello aludió a la «solidaridad interna de la propia Unión Europea».

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